En la cima de Aconcagua, un montañista checo marcó el impresionante tiempo de ascenso en velocidad entre el campo base y la cima. El récord anterior era de 3 italianos que en 2000 hicieron 3 hs 40 min 20 seg.
No podía creerlo el checo Martin Zhorn cuando el viernes 27 de diciembre a las 13:48:29 llegó, absolutamente exhausto, a la cima de Aconcagua (6.962 m). Había salido 3 horas 38 minutos y 17 segundos antes del campo base de Plaza de Mulas, con el “humilde” objetivo de bajar las 4 horas.
No solamente lo cumplió. Además, lo hizo 2 minutos más veloz que los italianos Bruno Brnod, Jean Pellisier y Fabio Meraldi el 15 de febrero de 2000.
“Todavía no entiendo cómo sucedió. El viernes fui a dar otro summit push desde el campamento base de la Plaza de Mulas (oficina de guardaparques). Tenía la esperanza de un tiempo sub 4 horas. Cuando llegué a La Cueva (unos 6.600 m) estaba en 3 h 10 m. Si puedo hacer los últimos 400 metros en media hora, ¡puedo romper el récord!” escribió en sus redes sociales Martin al bajar de la cima de Aconcagua.
Esos 30 minutos finales permanecerán en su memoria para siempre. Con el cuerpo absolutamente adolorido, tropezando, cayendo, pero siempre en movimiento. Tan rápido como podía.
Los últimos 50 metros los hizo literalmente arrastrándose. Los músculos no le respondían. Pero lo logró: “Estuve medio muerto después de eso durante 20 minutos… respirando tan fuerte…”.
En la cima de Aconcagua
Fue tal el esfuerzo hecho por Martin Zhor para batir, casi inesperadamente, el récord, que su descenso fue lento y cuidadoso. Ya no pretendía bajar la marca ida y vuelta que Brnod, Pellisier y Meraldi hicieron hace casi 20 años: 4 horas 52 minutos.
El checo realizó todo el periplo con su GPS activado. Así, las distancias, velocidades y tiempos quedaron registrados al detalle en el sitio web internacional FKT Fastestknowntime, y en la aplicación Suunto.
Además, su compañera, la fotógrafa sueca Emma Svensson, lo fotografió y grabó en video en su partida. Él mismo lo hizo con su GoPro en la cima de Aconcagua. Y el guía de Inka Expediciones, Javier Gutiérrez, lo felicitó y verificó sus tiempos a 6.962 metros.
Tecnológica y presencialmente su récord está certificado.
Abajo para Martin el desafío fue conseguir, infructuosamente, la certificación de su marca por parte de los Guardaparques.
Sin certificación oficial del Parque
Así, los funcionarios del Parque, aduciendo que el deportista no anunció su intento, se negaron a extenderle certificación. Una actitud francamente lamentable para el esforzado Martin. Pero comprensible quizás, teniendo en cuenta la polémica desatada el año pasado, con la mujer que afirmó haber roto un récord sin pruebas fehacientes.
Por el momento, Martin Zhor espera obtener confirmaciones de los sitios internacionales de certificación de este tipo de desafíos. Y difícilmente insista ante las autoridades de Guardaparques para que le avalen su marca.
Definitivamente en la montaña por estas latitudes los récords y pruebas de velocidad son valorados sólo por quienes los realizan. Y reconocidos por quienes así deciden hacerlo, dando valor a la palabra del montañista. Sobre todo, los que desafíos a la cima de Aconcagua.
Hasta tanto no se discuta y genere una reglamentación particular para estos casos, gubernamental y deportiva, todo quedará en manos y palabra de los protagonistas y de quienes acepten creer. No hay delito, ni fraude, ni pena posible. Ni certificaciones, avales o reconocimientos legales.
Quién sabe si es o no es mejor así.