El joven himalayista Jonatan García recibió la invitación para sumarse al fuerte equipo de Alex Txikón y acometer el inédito intento al monte más alto del mundo. En diálogo con Cumbres, Jonatan repasó su carrera, su formación y la expectativa puesta en sus proyectos futuros.
Jonatan García es probablemente el ochomilista español con mayor proyección en la actualidad. Es que con solo 34 años, ya ha hecho cumbre en dos ochomiles, sin oxígeno ni ayuda externa. Y acompañando o secundando a dos grandes glorias del montañismo de España: el catalán Oscar Cadiach y el recordado Alberto Zerain.
En el mejor momento de su carrera, cuando ya dedica el 100% de su tiempo y esfuerzo a sus proyectos de montaña, Jonatan García recibió el llamado de Alex Txikón, nada menos. El vasco lo invitó a sumarse a su excepcional equipo para intentar, en enero de 2020, la primera invernal mundial al Everest (8.848 m, monte más alto del mundo) sin oxígeno suplementario.
El joven Jonatan García nació en Barakaldo, Bilbao, pero reside en Benasque, Aragón, centro neurálgico de los Pirineos. En un extenso diálogo con Cumbres, hizo un repaso de su formación, su carrera, su estilo, y de los buenos y grandes proyectos que se le avecinan:
CUMBRES: ¿Cómo fueron tus primeros pasos en la montaña y dónde? ¿Cómo fue esto de pasar de la Mecánica a las carreras y luego al alpinismo más exigente?
Jonatan García: Mis inicios en la montaña fueron hacia 2011. Hasta entonces siempre estuve vinculado al deporte, jugaba fútbol, luego empecé a salir a pasear por la montaña cerca de mi casa. Eso me enamoró y empecé a ir un pasito más a las carreras de montaña. Corrí pocas porque me di cuenta de que no me apetecía ir corriendo porque no disfrutaba realmente. Por lo que empecé a salir de otra forma, a disfrutar y aprender más. Trabajé hasta el año pasado en Mecánica, por casi 15 años. Me he formado mucho como alpinista, montañista, himalayista y escalador. Es lo que realmente me hace feliz. Por lo que decidí dejar de trabajar para dedicarme plenamente a este deporte.
C.: Tus dos primeros 8 miles los hiciste secundando a dos grandes montañistas: Oscar Cadiach y Alberto Zerain. ¿Cómo puedes definirlos en su rol de referentes y colegas de la montaña?
J. G.: Después de largos y duros entrenamientos no sólo en España sino en los Alpes franceses, suizos e italianos, en el Atlas en Marruecos, en Argentina (6.962 m, monte más alto del planeta fuera de Himalaya) en 2014 y Perú en 2015, en 2016 decido afrontar mi primera experiencia en un ochomil. El primer paso es en el verano del 16 que voy a Pakistán con Oscar Cadiach al Broad Peak (8.051 m, 12° más alto). Solo llegamos a 7000 metros dadas las malas condiciones de la montaña y al riesgo en ese verano. Decidimos volver a casa sin poder culminar la cumbre.
Para la primavera del 17, dada la buena relación con Alberto Zerain, me propone ir al Annapurna (8.091 m, 10° más alto). Un reto único, una montaña soñada y un compañero de lujo. Pues no puedo decir que no. Me voy con él y conseguimos el 11 de mayo del 17 la cumbre del Annapurna.
Oscar es una persona con muchísima experiencia y con los años que tiene vive la montaña como una persona joven, con mucha pasión, con muchos años por delante para seguir escalando. Siempre motivado y con muchas ganas. De hecho, ha culminado su proyecto de 14 ochomiles sin oxígeno en el verano del 17. Un gran reto para él y para todos los que lo seguimos y estamos pendientes de grandes alpinistas.
Alberto era una gran persona, un gran montañero, todo corazón. Continuamente estabas aprendiendo de él sin darte cuenta, porque siempre estaba haciendo la montaña de forma y con trabajo sobrehumano. Era digno de ver y se podía aprender mucho con él en muy poco rato. Fue una experiencia muy buena para mí, me marcó el antes y el después en los ochomiles ya que me bauticé en mi primer 8000 y qué mejor que Annapurna de la mano de Alberto. Él me demostró que, con esfuerzo, ímpetu y cariño, siempre al pie del cañón, se pueden conseguir los sueños y retos.
C: Estás incursionando definitivamente en el ochmilismo. ¿Cómo llevas adelante semejante carrera, en cuanto a financiamiento, auspicios, sponsors, etc?
Jonatan García: Los retos y proyectos muchas veces no solo dependen de nosotros sino de apoyos económicos. Siempre estamos motivados y entrenando día a día, salimos a la montaña a entrenar, a estar en la cresta de la ola. Pero es cierto que a veces se nos ven truncados los sueños y proyectos culpa del dinero. Todo esto es muy caro y no siempre podemos cubrir el presupuesto que nos vemos obligados a pagar por viajar y escalar esas montañas.
A día de hoy puedo decir que tengo la suerte de poder ir al Everest y Ama Dablam (6.812 m, Nepal) este invierno patrocinado por dos empresas que han puesto el dinero. Nunca antes conseguí sponsors, sí algo de ayuda o algo de material, pero nunca había conseguido el dinero, que es lo que más preocupa. La ropa vale mucho, pero si tenemos la ropa y no tenemos el dinero no hacemos nada. Este año tengo dos sponsors económicos y uno de material.
C: Cuáles son esos sponsors?
J G: Por un lado, el Ayuntamiento de Benasque, el pueblo donde resido, cuna del montañismo y pirineísmo. Están involucrados mucho con el proyecto, están siempre inmersos en retos y proyectos de montaña, les encantó este proyecto cuando se los presenté.
El otro es Apoteca, una empresa de Zaragoza de montaje y logística de farmacias. Se han involucrado mucho con el proyecto, desde el primer momento les motivó y les pareció una buena forma de darse a conocer y de sacar la marca fuera de España.
Luego tengo la suerte de ser muy buen amigo de quien fabrica la ropa Diamir, una marca muy conocida sobre todo desde el año 85, 90 cuando equipaba al equipo de Al Filo de lo Imposible. A día de hoy la sección de 8000 y pluma dura está un poquitín más dormida y con esto le vamos a dar un empujón, vamos a hacer todo lo necesario para que Diamir vuelva a estar arriba. Eso no va a ser difícil ya que las prendas son de máxima calidad. Y van a ayudar para que esta expedición vaya bien y estemos con el máximo confort en esta montaña tan alta y tan fría.
C.: ¿Es tu premisa avanzar sólo en estilo alpino, buscando nuevas rutas, desafíos, exploración, evitando cualquier auxilio externo?
Jonatan García: Tengo bien claro que voy a hacer las montañas que me apetece hacer y siempre de una forma que me haga feliz. Quiero que esto forme parte de mi vida, quiero vivir y dedicarme a esto. Lo que no quiero es trabajar de lo que no me gusta. Por eso dejé mi trabajo que llevaba tantos años. Por este mismo motivo ahora no voy a permitir estar escalando montañas que no me apetecen. O haciéndolo en un estilo que no me hace feliz. Solamente iré donde me siento que soy yo y hacerlo de una forma que cuando vuelvo a casa y haga un estudio de esa expedición, esa ruta, pues que realmente me haga feliz. Y no sea ir a la montaña por ir, sino que haya mucho más detrás de eso.
Hoy en día estoy buscando un poco explorar sobre todo zonas muy masificadas por sus rutas normales. Intento buscar otros caminos, otras rutas, otras zonas de paso por donde no haya andado nadie. Donde podamos descubrir nueva roca o nuevos grados, nuevas vertientes. Cosas que no se han hecho antes. No es por batir ningún récord ni por salir en ningún sitio que somos los primeros en hacer X. Pero sí realmente llegar a casa y sentirme feliz que he estado en un lugar único donde nunca antes nadie había estado.
C: ¿Tienes opinión acerca de la discusión sobre los puntos de las verdaderas cumbres, suscitada justamente en Manaslu y Annapurna, tú que has podido estar allí en ambas?
J G: Cada uno debe ser consciente de lo que está haciendo en cada momento. Tanto en las montañas como fuera de ellas. En este caso cada uno debe hacer la montaña de la forma que le haga feliz. No hay nada peor ni más duro que engañarse uno mismo. Lo que hay que hacer es ir a la montaña a disfrutar, llegar hasta donde uno disfruta. Y sobre todo lo más importante, cumplir su objetivo.
Mis objetivos son llegar a la cumbre, culminar la parte más alta de la montaña. Pero por encima de todo eso siempre tengo presente no perder la forma y hacerlo de una manera que me transmita tranquilidad. Saber que llego a casa y no tengo nada que esconder. No se engaña a nadie, simplemente cuando hacemos ese tipo de actos es más bien engañarse a uno mismo. Por lo que debemos llegar hasta donde somos felices y donde creemos que es nuestra cumbre.
Todo esto que está saliendo ahora de Manaslu (8,156 m, 8°más alto) y Annapurna de posibles no cumbres, los escaladores dijeron que era cumbre. Pues es un problema personal y no hay que pluralizarlo. Eso lo tengo muy claro y no tengo ninguna duda. Cuando llego y piso la parte más alta, digo que llegué a su cumbre. Y no sólo lo digo, sino que lo justifico. Pero cuando no llego, digo que no he llegado y no tengo nada que esconder. Llego hasta donde soy feliz o hasta donde creo que puedo volver a bajar. Lo más importante es no mentirse a uno mismo.
C.: ¿Cómo te ha tratado nuestro Aconcagua cuando viniste en 2014 a su ascensión?
Jonatan García: Haber estado con Zerain en Annapurna y aprender tanto fue lo que me hizo dar un salto y pensar que me quería dedicar a montañas de más de 8000 metros. Debo decir que Aconcagua fue la que me dio el paso para ir al Broad Peak. Lo más alto que había escalado era el Cervino, de 4.400 metros en los Alpes. No veía claro dar el salto de esa montaña al Broad Peak. Por eso antes decidí salir a una montaña un poco más alta a probarme, a ver sensaciones y sobre todo hacerlo de una forma que me hace feliz y me iba a decir si realmente estaba preparado para ir o no.
Decidí Aconcagua por distintos motivos. Tenía muchas ganas de pisar Argentina, Sudamérica, muchas ganas de ir a una montaña alta. También me apetecía ir a un sitio donde, ya que iba a ir sin sherpas ni porters, ni ayuda, sin cocinero, sin oxígeno obviamente, solo, sin ningún amigo, quería buscar un poco de seguridad. No veía claro ir a una montaña a explorar donde no hubiese prácticamente nadie.
Por lo que me decanté por Aconcagua porque sabía que en estas fechas iba a estar masificada. No es lo que más me apetece ir a la montaña masificada, pero sí de una forma que me sienta cómodo. Hay ocasiones que me gusta marchar a la soledad y otras veces verme con gente y creo que es importante. Elegí esa montaña porque iba a haber bastante gente y me iba a permitir hacer esa exploración en mi cuerpo. Para ver cómo me encontraba en altura sin la ayuda de nadie y saber si en un futuro podría acercarme a las montañas de 8000 metros.
Mi primera toma de contacto real con la altitud fue en Aconcagua, una montaña de casi 7000 metros y la verdad que el mal de altura en esa zona de Sudamérica golpea bastante. Todo salió bien. El 1 de enero salí de casa y tuve la suerte el 15 de enero de pisar la cumbre. Con una previa aclimatación, solo, porteando todo lo necesario y haciendo todos los trabajos que en la altura tienes que hacer para sobrevivir. Me encontré cómodo y fue lo que me dio el paso para un año después viajar a Pakistán e intentar el Broad Peak.
Cumbres: ¿Es que a Aneto lo has subido más de 100 veces? Cuéntame sobre las cimas donde te has formado, de tu barrio, tu vecindario en Pirineos.
Jonatan García: Desde 2011 estuve siempre muy vinculado con las montañas de los Pirineos. Sobre todo me atraía mucho el pueblo de Benasque, un sitio donde me he sentido muy querido, arropado, he hecho grandes y buenos amigos. Y está el Aneto, de 3.404 metros, que a día de hoy he ascendido 96 veces, el 24 de diciembre fue la 96. Puedo decir que me la conozco muy bien, es una montaña que siempre me motiva. Me ha enseñado mucho, me ha aportado y de ahí también el haber subido tantas veces.
Este verano compartí actividades con buenos amigos y pudimos conseguir 6 nuevas rutas al Aneto. Eso me hace muy feliz en una montaña donde un día normal de verano te puedes encontrar 100 personas. Saber que hay otros puntos, que hemos abierto 6 vías y todavía tenemos otras en mente. Son de mucho compromiso, roca muy descompuesta, paredes de 425 metros, grados muy altos de escalada de 7a, en artificial A2. Mucho compromiso, incluso teniendo que dormir en la pared en ocasiones por no ser capaz de sacar la vía en el día.
También me he movido por otros sitios de los Pirineos en montañas de 2.000 y 3.000 metros. Pero siempre he acabado repitiendo en Benasque y sus montañas. Sobre todo Aneto, la montaña más alta de los Pirineos.
C.: En tu carrera te has cruzado con grandes personajes además de Oscar y el recordado Alberto. ¿Juanito Oiarzábal? ¿conociste a nuestro Mariano Galván? Mencióname con breves palabras a quienes más recuerdes.
Jonatan García: Las montañas te regalan estas cosas, conocer muy buenos amigos. Con Juanito Oiarzábal no he coincidido nunca en ninguna montaña. Pero puedo decir que tengo muy buena relación, sé que él me tiene mucho cariño y aprecio, y yo a él también. Es una persona con la cual iría a cualquier sitio. A día de hoy siempre estamos comunicados y nos estamos contando nuestras andanzas por las montañas y nuevos proyectos.
A Mariano Galván lo conocí en Aconcagua. Él estaba trabajando con clientes. Luego por mediación de Alberto, que ya había escalado con él en la primavera del 16 el Dhaulagiri (8.167 m, 7° más alto) y en el otoño del 17 el Manaslu. Cuando fuimos a intentar Annapurna él estaba allí en Katmandú en el mismo hotel que nosotros con clientes. Ahí lo conocí un poco más, una gran persona. Y sus cifras y números demuestran quién era y a qué se dedicaba. Y lo que le gustaba y hacía feliz.
Un escalador e himalayista que también conocí es el chileno Juan Pablo Mohr, en la primavera del 17 en Annapurna. Tengo muy buena relación con él, siempre hemos tenido buena comunicación y preparamos un intento de cumbre al Dhaulagiri en la primavera de 18 sin suerte. Nos bajamos de 7.700 metros ya que no habíamos preparado del todo bien la ruta y no lo vimos claro. Por seguridad -estábamos los dos solos- decidimos darnos la vuelta. Uno de los buenos amigos que me iría también con él a cualquier sitio. Siempre estamos preparando cosas. Le tengo mucho cariño y seguro nos juntaremos dentro de poco para seguir disfrutando y haciendo lo que más nos gusta.
C: Estás a punto de encarar nada menos que Everest invernal. ¿Qué te motivó a sumarte al equipo de Alex Txikon?
J G: A este reto le doy esta similitud: Un niño que se ilusiona y que le gusta mucho el fútbol. Imaginemos que tiene la suerte de que le llama Messi, le dice que lo invita a jugar la final de la Champions, que jugará con él de delantero y le pasará el balón para que meta el gol que dará la victoria a su equipo. Yo asimilo eso para trasladarlo a la montaña.
Siempre he tenido muy buena relación con Alex Txikon. Estos sueños que se te pasan por la cabeza de algún día tener la suerte de poder acompañarlo y disfrutar y aprender de él y de su equipo tan fuerte que ha creado con el paso de los años. Pues a mediados de octubre recibo la llamada de Alex diciéndome que contaba conmigo, que se había acordado de mí para ver si podía juntarme a hacer fuerzas con su equipo y poder entre todos luchar con los máximos respetos para sacar la primera invernal mundial sin oxígeno al Everest.
Evidentemente esto te hace mucha ilusión al momento que lo oyes. Le dije que sí pero que en un rato le llamo. Tuve que asimilar todo esto. Lo compartí en casa con la familia y la familia me dijo “no te lo tienes que pensar, tienes que ir, es un sueño para tí y una oportunidad de oro, un lujo poder compartir expedición con Alex y su equipo”. Como coincidían mis pensamientos con las personas a quienes más les hago caso y pido consejos, lo vuelvo a llamar y le confirmo que por supuesto que iba.
Me tocaba lo más duro, buscar sponsors, aporte económico. Y por suerte que estas empresas enseguida apostaron por el proyecto y cuento con ellas para cumplirlo.
C.: ¿Cuál es el desafío particular y la expectativa que te presenta la expedición?
Jonatan García: Como siempre digo, “el paraíso tiene más de con quién qué de dónde”. Eso es aplicable a todos los campos. Pero en la montaña y en un Everest en un invierno tan duro como tiene que ser allí, creo que necesitamos esto. Preocuparnos más de con quién nos juntamos y no dónde vamos. Por eso saber que Alex quería que fuera con él ya es un sí. Encima con un proyecto tan ambicioso, un reto aún no alcanzado hasta la fecha. Sería una gesta para el himalayismo, para nosotros mismos. Y seguir creciendo y apostando en que todo proyecto sale cuando uno tiene ganas y apuesta a tope por ello.
Él lleva 8 inviernos seguidos fuera de casa intentando ascender sin oxígeno montañas de más de 8000 metros. Consiguió el 26 de febrero del 2.016 la primera invernal mundial al Nanga Parbat sin oxígeno. Y ya tiene dos intentos al Everest en invierno, este sería su tercero. Así que considero que voy con la persona más preparada física, técnica, psicológicamente y con experiencia para acometer un proyecto de estas características. Voy muy motivado y tranquilo sabiendo que voy con una persona como Alex Txikon. Un gran amigo de sus amigos y un gran escalador que siempre está aportando y apoyando al equipo.
Cumbres: ¿Cuál es el objetivo principal que persigue Jonatan García para los próximos años en su carrera?
Jonatan García: Mi objetivo principal que vengo percibiendo y que espero que no cambie dentro de mí, es seguir manteniendo ese estilo, ese carácter en la montaña. Ir a las que me apetecen y no sentirme obligado de ir a ninguna montaña. Seguir aportando todo lo que amamos este deporte. Sobre todo respetar y amar la montaña como lo vengo haciendo hasta la fecha. Es muy importante guardar ese estilo, cada uno tenemos uno que nos caracteriza. Yo he encontrado mi forma en la que salgo a la montaña para competir contra mí mismo. Nunca hasta la fecha me ha gustado competir contra nadie, siempre la competición es algo personal. Intento cada día estar mejor que el anterior, pero peor que el siguiente. Por eso mismo dar un pasito más cada día.
Siempre pienso que para recoger hay que sembrar. Sembramos durante todos los días del año y luego en diferentes fechas de ese mismo año son las recogidas. Ahora este invierno tengo una gran recogida después de todas las semillas que he estado sembrando desde muchos meses atrás. Estoy seguro que si sigo planificando y direccionando mi futuro como lo estoy haciendo hasta ahora, todo seguirá saliendo igual de bien.
Seguiré compartiendo montaña con tan grandes amigos como hasta ahora y seguiré manteniendo ese estilo que me hace feliz. Y en el futuro me lo planteo de esta forma, intentar ayudar al medio ambiente aportándole lo máximo. Intentando descubrir lo máximo en la montaña, destrozando o rompiendo lo mínimo en nuestro planeta. Que solo tenemos uno y debemos de cuidarlo al máximo.
(Portada: Jonatan García en la cumbre de Annapurna, el 11 de mayo de 2017. La fotografía la tomó su compañero de cordada, el recordado Alberto Zerain)