La primera expedición femenina peruana al Himalaya es ya una realidad. Tras tres años de planificación, preparación intensa y superar numerosos desafíos, el equipo de escaladoras de “Hijas de la Montaña” emprendió su travesía desde Perú hacia la cumbre del Manaslu. La montaña de 8,163 metros de altitud en la cordillera del Himalaya, es el octavo pico más alto del planeta.
Bajo el liderazgo de la experimentada Flor Cuenca Blas, un grupo de cinco mujeres montañistas se unió en esta ambiciosa aventura que promete ser un hito en la historia del montañismo peruano y latinoamericano.
La expedición es especial no solo por el hecho de ser la primera conformada exclusivamente por mujeres peruanas que buscan conquistar una montaña de más de 8,000 metros. También por los principios que guían a sus integrantes.
“Hijas de la Montaña” tiene el firme objetivo de demostrar que el poder femenino en los deportes de alta montaña no tiene límites. Buscan, así, romper estereotipos y prejuicios que persisten en el mundo del montañismo y otras disciplinas de aventura.
La participación femenina en las cumbres más altas del mundo es notoriamente baja. Y, en el caso de Perú, la disparidad es aún más marcada: hasta la fecha, solo cuatro mujeres peruanas han alcanzado alguna de las montañas de más de 8,000 metros.
Estilo puro y limpio
La expedición al Manaslu está diseñada para ser completamente autónoma. Esto implica que las participantes no usarán oxígeno suplementario ni asistencia de porteadores de altura, desafiando aún más las adversidades naturales que la montaña presenta.
Las escaladoras están comprometidas no solo con alcanzar la cima, sino con hacerlo de una manera responsable con el medio ambiente, alineando sus acciones con un montañismo consciente.
“Nuestro equipo tiene como plan llegar a la cumbre de forma ambientalmente responsable y concientizar a los montañistas y trabajadores sobre los problemas medioambientales que provoca el turismo de alta montaña”, explicó Flor Cuenca.
Uno de los objetivos más innovadores y destacados de la expedición es la misión de recoger al menos 100 kilos de basura de los campamentos altos del Manaslu. Además, llevarla para ser eliminada adecuadamente en la ciudad de Samogon.
Este enfoque es parte de un compromiso ambiental más amplio que las “Hijas de la Montaña” han asumido: no solo ascender de manera autónoma y sin dejar rastro, sino también reducir el impacto ambiental acumulado por expediciones comerciales anteriores.
Durante sus trayectos de aclimatación a los campamentos superiores, el equipo recogerá desechos dejados por otros y los transportará al campamento base. Piensa promover así una mayor conciencia entre los demás escaladores sobre la importancia de preservar las montañas.
Poca presencia
La presencia de mujeres peruanas en el montañismo de alto nivel ha sido históricamente escasa. En los 55 años de existencia de la Escuela de Guías de Montaña del Perú (CEAM), ni una sola mujer ha sido admitida como guía oficial: A pesar de que más de 150 personas se han graduado de la institución.
Esta expedición no solo busca marcar un antes y un después en la participación femenina en el montañismo de élite. También abrir puertas a futuras generaciones de mujeres que desean incursionar en deportes tradicionalmente dominados por hombres.
El equipo está compuesto por escaladoras con trayectorias sobresalientes. Flor Cuenca Blas, líder del grupo, ha ascendido con éxito a nueve de las montañas más altas del mundo, incluidas el K2 y el Cho Oyu. Flor es reconocida como una de las 50 mujeres más influyentes del Perú.
Le acompañan Lixayda Vásquez, guía de trekking y rescatista con más de 20 años de experiencia. Malu Espinoza, montañista que ha logrado cumbres técnicas y abierto nuevas rutas en los Andes.
También Yudith Mamani, aspirante a guía de alta montaña que ha conquistado la cima del Huascarán. Y Beta Guzmán, abogada y montañista apasionada que ha alcanzado varias cimas de seismiles en el Perú y Sudamérica.
A estas cinco montañistas se suman Sonia Bermúdez Lozano y Tana Mejía, quienes brindan apoyo técnico y logístico a la expedición.
Perseguir sueños
La importancia de esta expedición radica no solo en la destreza técnica necesaria para completar el ascenso al Manaslu, sino también en el simbolismo de su lucha por la igualdad de género en los deportes de aventura y en la vida en general.
“Hijas de la Montaña” busca inspirar a mujeres de todas las edades y nacionalidades a perseguir sus sueños. Sea cual sea el ámbito en el que se encuentren. “Desde las cumbres más altas, queremos inspirarte a que sigas tus sueños y a que nunca dejes de creer en ti misma. Unidas somos más fuertes”, reza uno de sus lemas.
Además de romper barreras de género, el equipo tiene como misión principal posicionar al Perú en el mapa internacional del montañismo. Y mostrar así que el país no solo es hogar de paisajes espectaculares. También de montañistas altamente cualificadas capaces de enfrentar los retos más extremos. “El objetivo es posicionar el nombre del Perú como país de grandes montañas y montañistas profesionales capaces de demostrar sus aptitudes deportivas en otras cordilleras del mundo”, destacaron las escaladoras.
Hijas de la Montaña
La expedición “Hijas de la Montaña” representa un gran paso hacia la equidad en los deportes de aventura. Consigo también lleva un mensaje claro sobre la importancia de proteger el medio ambiente.
La basura dejada en las montañas, especialmente en áreas tan remotas como los Himalayas, es un problema creciente en los últimos años. El equipo de Perú está decidido a hacer su parte para revertir esta situación.
“Aunque los Servicios de Parques Nacionales están encargados de mantener limpias las montañas y se paga un impuesto destinado a ese fin, aún no se cumple de manera efectiva y hay mucho que se puede y debe hacer”, señaló Cuenca. Ella es testigo directa del deterioro ambiental en las cumbres que escaló a lo largo de su carrera.
La expedición de las “Hijas de la Montaña” marcará un antes y un después para el montañismo en Perú. Pero también servirá de inspiración para que otras mujeres se atrevan a conquistar sus propias cumbres. Tanto en el ámbito deportivo como en el personal o profesional.
Desde Katmandú, las cinco escaladoras comparten en sus redes sociales la gran aventura que protagonizan. “Compartimos nuestro segundo día de acercamiento al campo base del Manaslu” comunicaron esta semana en IG. “Nuestro día inició con un “masala tea” en el Manaslu Hostel ubicado en Besisahar Lamjung desde donde continuamos por un trayecto mixto de carretera y trocha que nos regaló impresionantes vistas con un acogedor clima”continúa el relato.
Ese día dieron inicio al trekking desde los 1900 metros, en un circuito “de los más impresionantes y menos transitados que recorre paisajes increíbles como selvas subtropicales”.
El sueño peruano del Manaslu está en marcha.
Información y seguimiento de la expedición:
Instagram; @hijasdelamontana
Facebook: HijasDeLaMontanaPERU