El deshielo acelerado de los glaciares en los Andes peruanos reveló el cuerpo bien conservado de William Stampfl, un montañista estadounidense que desapareció hace 22 años en el nevado Huascarán.
El hallazgo, que tuvo lugar el 5 de julio en la región de Ancash a una altitud de 5.200 metros sobre el nivel del mar, pone fin a más de dos décadas de incertidumbre para su familia.
Stampfl, de 58 años al momento de su desaparición, se encontraba de expedición junto a sus amigos Matthew Richardson y Steve Erskine, en junio de 2002. Una fatídica avalancha sepultó a los tres.
El cuerpo de Erskine fue recuperado poco después, pero hasta ahora no había señales de Stampfl ni de Richardson, cuyo paradero sigue siendo desconocido desde hace 22 años.

Cambio climático
El derretimiento acelerado de los glaciares debido al calentamiento global viene dejando al descubierto numerosos restos humanos en las montañas de todas las regiones. Los cuerpos de alpinistas, atrapados durante años bajo el hielo, emergen a medida que los glaciares retroceden.
En el caso de Stampfl, su cuerpo fue encontrado por el montañista estadounidense Ryan Cooper, de 44 años, quien, al descender del Huascarán, notó una forma oscura en la nieve. Al acercarse, descubrió que se trataba de un cuerpo momificado y deshidratado. La identificación fue posible gracias a una licencia de conducir que el alpinista llevaba consigo, la cual permanecía legible.
El rescate del cuerpo de Stampfl no fue una tarea sencilla. La zona del hallazgo es de alto riesgo debido a las avalanchas y las numerosas grietas en el terreno. Sin embargo, con la ayuda de guías locales y agentes de policía, se recuperó el cuerpo después de 22 años, y se lo trasladó a una morgue en la ciudad de Huaraz.
Jennifer Stampfl, la hija de William, quien tenía 53 años al momento del hallazgo, expresó una mezcla de alivio y tristeza al conocer el destino de su padre después de tantos años. “No lo quiero en la montaña; lo quiero de vuelta conmigo. Él debe estar conmigo”, declaró.

Un trágico recordatorio
El hallazgo recuerda otros incidentes trágicos en la zona. Recientemente, el alpinista italiano Tomas Franchini perdió la vida en una caída mortal en el nevado de Cashan.
Las montañas del noreste de Perú continúan siendo un imán para escaladores de todo el mundo, a pesar de los riesgos. En mayo, hallaron el cuerpo de un excursionista israelí casi un mes después de su desaparición en la misma región.
William Stampfl era un apasionado por el montañismo a pesar de que odiaba el frío. Su hija Jennifer recuerda cómo él y un amigo solían entrenar subiendo montañas locales con mochilas cargadas con bolsas de arena. Esta dedicación y amor por la aventura lo llevaron al Huascarán, donde su vida terminó trágicamente.
La familia de Stampfl planea incinerar su cuerpo y repatriar las cenizas a los Estados Unidos. Jennifer, reflexionando sobre el descubrimiento y el cierre que finalmente trae. “Un día estaba aquí y al otro no”, recordó aquel doloroso momento de su desaparición.
El descubrimiento del cuerpo de Stampfl después de 22 años es un testimonio del poder de la naturaleza y el paso del tiempo, además de ser un recordatorio de los desafíos y riesgos que enfrentan aquellos que buscan conquistar las alturas del mundo.