El glaciar Quelccaya está situado en la cordillera de Vilcanota, Perú. Es la masa helada tropical de mayor superficie en todo el planeta. Una expedición lo atravesará en su totalidad, en el complejo invierno altiplánico.
Entre el 19 y el 23 de noviembre tendrá lugar en la cordillera de Vilcanota, Perú, una expedición científico-deportiva invernal que atravesará totalmente el glaciar Quelccaya, el cuerpo helado tropical más grande del mundo.
El equipo estará compuesto por Emanuel Rocha, guía y titular de la agencia Cusco Expedition; y Gregory Slogar, montañista y explorador canadiense, principal gestor del emprendimiento invernal.
En junio pasado, Emanuel Rocha, Stéphane Vallin y Dominique Riva, junto al periodista francés Mathias Virilli, realizaron el primer cruce total registrado al glaciar Quelccaya. Esta vez Emanuel y Gregory volverán a hacerlo, pero en sentido inverso. Y en el invierno del altiplano, con todo lo que ello implica.
Quelccaya es el glaciar tropical más grande del mundo, una pampa gigante de hielo. Desde Cusco dista unos 200 kilómetros el poblado más cercano, Phinaya, a unas 6 horas y media en camioneta por un camino complejo. Desde allí al glaciar son 20 kilómetros por terreno mucho más complicado aún.
Situado dentro de la cordillera de Vilcanota, la mitad del glaciar pertenece al departamento Puno y la mitad a Cusco. Su nombre original Qoyllor Puñuna, en quechua, significa “donde descansan las estrellas”.
Vecino al Quelccaya se encuentra el pico más importante de Vilcanota, el Nevado Ausangate (6,384 m). La laguna Sibinacocha y otros 6 miles como Jatunriti, Yayamari, y pequeños lagos, conforman la paradisíaca fisonomía de un sitio que alberga una cultura de más de 4 mil años, donde la injerencia del imperio Inca se produjo sólo en los últimos 100.
Tiene una extensión de unos 50 kilómetros cuadrados. Pero era mucho mayor. En los últimos 50 años perdió prácticamente la mitad de su masa. Antiguos pobladores de la zona -algunos de casi 100 años- guardan el recuerdo de cuando allí nevaba “40 días y 40 noches seguidas”.
Glaciar en peligro
Emanuel Rocha compartió con Cumbres los pormenores de las expediciones y algunas preocupaciones que tanto él como los demás pobladores de la región tienen en relación con el glaciar Quelccaya.
“Antes de la primera expedición al Quelccaya hicimos dos reconocimientos ingresando por nuevos sitios por donde nunca nadie ingresó. No encontramos más que hielo y lugares únicos”.
“Es uno de los glaciares que alimentan la laguna Sibinacocha que hoy tiene una represa hidroeléctrica que funciona gracias a los deshielos. Se está derritiendo a un paso muy acelerado en los últimos 50 años. Esto deriva en un daño irreparable, donde se ven también las consecuencias en la ciudad de Cusco”.
El glaciar forma parte de un sector objeto de protección en un proyecto denominado ACR, Área de Conservación Regional, con centro en el Nevado Ausangate. Pero la iniciativa se encuentra preocupantemente paralizada, mientras se conoce la concesión de permisos a empresas mineras interesadas en la región.
Recientemente, pobladores locales desarmaron y quemaron campamentos de minería ilegal, haciendo oír su voz y su opinión en contra de esa dañina actividad. “Nosotros como agencia hacemos proyectos para llevar gente en circuitos de trekking, montañismo, pesca deportiva y ciclismo de montaña. El turismo es la única forma de combatir estas concesiones y proyectos mineros. La gente del pueblo nos pedía por favor que lleváramos gente. Hay que ayudarlos porque están desprotegidos y no están en un área turística masiva como Ausangate, donde circula más gente y no hay proyectos mineros, aunque sí hay minerales. Justamente por el turismo que lo protege y el apoyo del gobierno regional”.
Objetivos de expedición
Los estudios glaciológicos son importantes en el marco de la protección. La Universidad de Ohio es una de las tantas casas de estudio que trabajan en el glaciar. De Europa, especialmente de Alemania, incursionan en el tema del agua. E incluso desde Cusco monitorean registros del retroceso del glaciar.
“Quelccaya es un libro abierto para la ciencia relacionada con el clima y un termómetro a nivel mundial, donde se busca predecir cómo va a variar el clima de acuerdo a cómo varió en el pasado”.
La primera expedición realizada en el verano altiplánico, en la estación seca, atravesó el glaciar en rumbo Sudoeste-Noreste.
“Resultó ser más fácil y con menos inconvenientes de lo que creíamos. Fuimos preparados con todo porque es un lugar donde no tenés comunicación o acceso de forma inmediata. Terminó siendo una pampa de hielo puro, llegaba un momento que en tanto blanco sentíamos que no progresábamos. Psicológicamente fue terrible”.
Desde la cumbre del glaciar, a 5.650 metros, se divisa la cordillera de Vilcanota completa. También Urubamba, Vilcabamba, Tallanccani, Carabaya, La Raya, Apolobamba, y parte de la cordillera volcánica de Arequipa. El panorama es inmenso y sobrecogedor.
Quelccaya invernal
En la invernal que ahora comienza, el sentido será opuesto, Noreste-Sudoeste, debido a que las condiciones son totalmente distintas.
El invierno en Cusco es bien complejo. En la ciudad las lluvias son intensas y en la cordillera lo son la nieve y las tormentas eléctricas. Es el mayor riesgo de la expedición.
Para eso irán equipados de forma totalmente distinta. Como el rumbo implica una pendiente más inclinada, utilizarán trineos inflables y raquetas que soportan buena densidad porque deberán transitar por nieve blanda y fresca.
Los expedicionarios recogerán muestras de agua y registros y sobre todo alertarán sobre el daño en uno de los glaciares más importantes del mundo. “Y más que nada nosotros que estamos y amamos la montaña. Concientizar a otros montañeros y gente que no practica montaña que sepan el daño que se hace. Y el que se puede hacer a futuro, que es lo peor de todo”.
Emanuel y compañía están convencidos que el desarrollo turístico particular en la zona no sólo puede generar recursos. Es la única forma de combatir la amenazante minería. “No es un turismo de masas. Eso es imposible en un lugar donde uno comienza a caminar a más de 5.000 metros y lo puede hacer durante varias horas. Por eso siempre será un turismo distinto, original y controlado”.