El gobierno de Nepal ha decidido incrementar su recuento oficial de montañas de más de 8.000 metros, pasando de ocho a catorce picos solo en ese país. Con esto, los famosos 14 ochomiles pasarían a ser 20.
La medida ha sido impulsada por el Departamento de Turismo, que recientemente publicó la lista revisada en su sitio web. Así, buscan que se reconozcan formalmente seis cimas adicionales dentro de su territorio. No obstante, la Union Internationale des Associations d’Alpinisme (UIAA), organismo rector en la materia, aún no ha aprobado la modificación.
El reconocimiento internacional de una montaña como ochomil implica un proceso riguroso. Tradicionalmente, la UIAA se basa en criterios de prominencia, es decir, la diferencia de altura entre una cima y el collado más bajo que la separa de otro pico.
Según esta convención, para que un pico sea considerado una montaña independiente debe superar los 500 metros de prominencia.
En el caso de los seis picos añadidos por Nepal, esta característica es discutida. En definitiva, se trata de cumbres subsidiarias de macizos ya reconocidos, como el Kanchenjunga y el Lhotse.
Convenciones y estrategias comerciales
La controversia no es nueva. En el pasado, la UIAA ha sido requerida para definir clasificaciones similares, pero siempre bajo criterios técnicos y no por decisiones unilaterales de gobiernos nacionales.
El Proyecto Agura, impulsado por la misma federación, evaluó hace más de una década la posibilidad de incluir nuevos ochomiles. Aunque en 2013 se propuso incorporar cinco picos en Nepal, el proceso quedó en suspenso por cuestiones técnicas y por los desastres naturales que afectaron al país en 2014 y 2015.
Nepal ha insistido en la validación de sus nuevos picos, argumentando que estudios recientes han confirmado su existencia como montañas diferenciadas.
Sin embargo, la comunidad montañista internacional mantiene reservas. La falta de prominencia de algunos de estos picos y el hecho de que no todos hayan sido ascendidos sin oxígeno suplementario refuerzan el escepticismo sobre su clasificación como montañas independientes.
Un interés económico
Más allá de la discusión técnica, es evidente que la decisión del gobierno nepalí tiene una motivación económica y comercial.
El montañismo es una de las principales fuentes de ingresos del país, generando cada año millones de dólares en permisos de ascenso. En 2023, se emitieron más de 2.500 permisos, lo que representó ingresos superiores a 850 millones de rupias.
La inclusión de seis nuevos ochomiles permitiría atraer aún más escaladores interesados en batir récords y sumar logros en montañas supuestamente inexploradas.
Si la UIAA ratificara la reclasificación, Nepal se consolidaría aún más como el epicentro mundial del montañismo, con una oferta ampliada y un atractivo renovado para expediciones comerciales.
Sin embargo, esta estrategia también plantea un dilema: la posible politización del reconocimiento de cumbres y la erosión de los criterios establecidos históricamente por la comunidad internacional de montañismo.
Por el momento, la última palabra la tiene la UIAA, pero Nepal ha dejado claro que seguirá presionando para lograr su objetivo.
(Ph: nepalhimalpeakprofile.org)