El pasado 28 de octubre, los guías de montaña IFMGA, Joshua Jarrin, de Estados Unidos y Oswaldo Freire, de Ecuador, lograron la primera ascensión del Yansa Tsenji, una montaña de 6,567 metros en la región de Langtang, en el Himalaya de Nepal.
La dupla escaló la montaña, conocida también como Dragpoche o Dhagpache, en un estilo alpino ligero a través de la cara este. Jarrin y Freire nombraron su ruta “Entre hadas y unicornios” (ED, M4+, WI5+ 90°). La escalada les tomó poco más de 29 horas.
Yansa Tsenji se encuentra al suroeste de Shalbachum, una montaña de 6,918 metros, en la frontera entre Nepal y el Tíbet. Según Himalaya Database, se abrió por primera vez para la escalada en 2003.
Desde entonces, solo se han realizado dos intentos. El primero fue hace 20 años, en el otoño de 2003, por un equipo del Reino Unido liderado por David Pritt. Intentaron la escalada a través de la cresta este, pero la ruta resultó tan difícil que tuvieron que retroceder desde los 6,120 metros.
El segundo intento tuvo lugar en el otoño de 2010. Un equipo japonés dirigido por Makoto Kuroda intentó la cara sur de la cresta oeste-suroeste. Tuvieron que abandonar su ascenso a los 5,800 metros debido a desprendimientos de rocas.
Exposición
La dupla partió de su campamento base a 5,110 metros el 27 de octubre a las 11 p. m. Alcanzaron la base de la empinada cara este sin incidentes, cruzaron la grieta de hielo y luego comenzaron a escalar. Mantuvieron un ritmo constante; no había lugar para descansar.
Freire mencionó que la ruta estaba muy expuesta y constantemente caían aludes de nieve en polvo a su alrededor. En dos ocasiones, estos derrumbes golpearon a Jarrin, quien tuvo que luchar para mantenerse en pie. Además de los aludes, la caída de rocas era constante.
La dupla solo llevaba tres litros de agua en total, además de algunas barras energéticas. Según Freire, no había terreno fácil en ningún lugar, todo era altamente técnico. Después de cada sección, se enfrentaban a otra de igual dificultad.
Jarrin y Freire necesitaron 19 horas ininterrumpidas para alcanzar la cima, a donde llegaron el 28 de octubre a las 7:05 p. m., justo antes del anochecer. La cumbre misma fue la única parte relativamente plana de la montaña.
Allí pasaron una hora comiendo un poco y derritiendo nieve para beber, ya que habían agotado sus tres litros de agua. Hacía mucho frío en la cumbre, admitió Freire. En la cima, el primer y único pensamiento era cómo iban a bajar.
Sin descanso
Comenzaron a rapelar en completa oscuridad. Les llevó otras 10 horas llegar al campamento base, agotados pero felices. “Disfrutamos absolutamente cada minuto de toda la escalada”, recordó Freire. “A pesar de los aludes y las caídas de rocas, no sentimos miedo durante la escalada”.
Al mismo tiempo, el ecuatoriano admitió que esta fue “la escalada más difícil de toda mi carrera alpinista y el ascenso más expuesto y comprometido que he realizado”.
Los eximios alpinistas descansarán solo un par de días y luego cambiarán de ubicación para intentar la primera ascensión de la cara norte del Ganchenpo de 6,378 metros en el Himalaya de Jugal, un poco al sureste.