Karl Egloff busca convertirse en record man de ascensos en velocidad en todas las Seven Summits. Logró Denali el 20 de junio, la cuarta marca. La preparación, el Everest, Kilian Jornet y su pasión por correr en la montaña, algunos de los temas que compartió en diálogo exclusivo con Cumbres.

Karl Egloff acaba de batir el récord de ascenso non stop al monte Denali (6.190 m, Alaska, EE. UU.), el más alto de América del Norte, bajando en más de dos horas el récord anterior, perteneciente al español Killian Jornet.
Este 20 de junio, el ecuatoriano-suizo necesitó 7 horas 40 minutos para cubrir la distancia entre el base y la cumbre. Kilian Jornet, en 2014, utilizó para el mismo trayecto 9 horas y 45minutos.
En el descenso el récordman latinoamericano empleó 4 horas y 4 minutos. El tiempo total ida y vuelta base-cumbre-base fue de 11 horas 44 minutos. El catalán Jornet, en oportunidad de su marca, descendió en esquí. Es por lo que no son comparables los tiempos de descenso entre ambos atletas.
Karl Egloff dialogó en forma exclusiva con revista Cumbres, en una entrevista segmentada que tuvo lugar durante varias escalas en aeropuertos que debió hacer para regresar a su país.
Cumbres: ¿Cómo fue tu aclimatación y preparación previa en Denali?
Karl Egloff: Muy rápida porque yo estaba enfocado en carreras de montaña, en competir y llegué a Ecuador prácticamente 6 días antes de ir a Denali. Entonces hice una aclimatación super express. Subí rápidamente el Cotopaxi en un día, que tiene casi 5.900 metros, dos días después subí corriendo el Pichincha que tiene 4.700 m y ya viajamos.
Una vez en Denali esperamos dos días la mejoría del clima para ingresar al parque y una vez allí en el campo base aclimaté en el campo III y en el IV. Pero no fue intención ir a la cumbre antes del récord para no estar débil.
C.: ¿En el progreso hacia la cima, hubo contratiempos o inconvenientes inesperados?
K. E.: Siempre vas a tener contratiempos, pero el asunto es que estos no sean predominantes ni impidan algo importante. Siempre van a ser las condiciones del tiempo, puede ser un día perfecto, pero nunca va a ser perfecto para toda la montaña. Tienes 4.000 metros de desnivel en glaciares entonces las condiciones del glaciar van a variar mucho.
Las condiciones en el ascenso estuvieron muy buenas en toda la montaña, y en el descenso se puso muy suave la nieve por el calor. Eso fue muy duro porque uno se hundía hasta las rodillas de a ratos al no bajar con skíes.
Además, la gran cantidad de gente. Más de 300 personas que intentaban ascender desde los diferentes campamentos, sea del IV al V o del V a la cumbre. Había mucho tráfico de gente y cuando tienes una sola huella marcada es muy difícil pasar a la gente.
A mí me parece que fue algo positivo porque toda la gente vio, confirmó, ratificó que estuve en la montaña e hice los récords. Y eso me ayudó bastante.
C: ¿El tiempo que lograste es el que pretendías?
K E: El objetivo era ser muy inteligente subiendo para tener fuerzas en la parte final y rematar llegando a la cima. El propósito del viaje era romper el récord de velocidad de ascenso. Una vez llegado a la cima en 7 horas 40 minutos y darme cuenta la diferencia que tenía con el récord anterior me hizo pensar que sí sería posible imponer el récord de ida y vuelta.
Pero primero tenía que pasar a una gran cantidad de gente que estaba bajando en una parte bastante complicada, un sendero difícil de pasar. Una vez en el campo IV vi el tiempo que tenía y decidí apretar hasta el máximo para ver si podía alcanzar ese tiempo.
De todas maneras, pensaba que si no llegaba a lograrlo, el objetivo se había conseguido porque era el de ascenso. Pero obviamente ahora estoy muchísimo más aliviado porque hicimos los dos récords, y sin skíes que es un tema que me deja muy feliz.
C.: ¿Qué papel desarrolló Nicolás Miranda en tu logro, y en otros retos de montaña?
K. E.: Nicolás es mucho más allá del mejor montañista que yo conozco, el más completo, es un gran amigo mío. Es una persona que sabe exactamente sin que yo actué lo que necesito, lo que pienso. Sabemos tanto uno del otro que las cosas fluyen en la montaña.
De las 7 noches que estuvimos en Denali solo estuvimos 3 noches juntos. Las otras noches cada uno estuvo en diferentes campamentos. Es que somos montañistas formados, sabemos cuál es la estrategia, qué hay que hacer. Cómo está la nieve arriba, cómo está abajo, cómo están las condiciones en toda la montaña.
Y el rato del récord fue muy inteligente la estrategia elegida por Nicolas, porque él salió desde el III hacia la cima y yo salí del base. Fue una cacería hasta cazarlo y llegar juntos a la cima. Fue muy inteligente de su parte, siempre cuidando mis intereses, comunicados por radio, viendo que esté bien y que no necesite nada. De bajada me fui en solitario desde la cima hasta abajo.

C: Pronto irás a Everest, donde también ostenta algunos récords Kilian Jornet. ¿Qué piensas de esta especie de “challenge” que hay con él por las marcas?. ¿Te comunicas y compartes con él?
K E: Lo que hizo Kilian son dos ascensos en la misma semana. Nosotros vamos por los récords en las Seven Summits. Desde donde el turista empieza a caminar hasta la cumbre. Ida y vuelta, en el menor tiempo posible. En Everest la marca entonces no es de Kilian. Es del tirolés Hans Kammerlander, el 23 de mayo de 1.996 con 22 horas campo base-cumbre-campo base (ascenso en 16 horas 45 minutos).
Cómo lo vamos a hacer todavía no voy a delatarlo mucho porque depende de los presupuestos, de muchas cosas. Lo que es seguro es que queremos hacer un 8 mil antes. Y queremos culminar el resto de las seven antes. E iremos informando. Pienso que en dos años a más tardar.
Estoy seguro que con Kilian cruzaremos un par de palabras sobre el tema porque nos llevamos bien, es un deporte ético, nos llevamos super bien y él fue el primero en felicitarme en Denali. Al fin y al cabo, no se trata de los récords de él o míos, se trata de que somos atletas y lo que más nos interesa es poder bajar una plus marca, yo a él o él a mí o al que sea, eso lo hace más interesante.
C.: ¿Es real que tu “especialidad” es el ascenso, en donde puedes realmente marcar diferencia?
K. E.: En el ascenso me va muy bien. Ahora la gente compara el tiempo de descenso en el Denali con el descenso de otra persona que bajó en skíes. No se puede comparar eso. En Aconcagua bajando no perdí tiempo. E el Kilimanjaro y en el Elbrus gané tiempo bajando. Entonces siempre depende de qué punto de vista lo veas.
En Denali si se comparan los tiempos de ascenso es marcadamente más rápido el tiempo que hice. Pero de bajada bajar a pie con nieve floja hasta las rodillas no se puede comparar con deslizarse en skíes. Sin criticar a nadie, pero mi especialidad es la altura. Ni el ascenso ni el descenso, sino que me va bien en la altura.
Siento que me ha ido muy bien como montañista de tener un criterio de cómo armar una estrategia. Tener paciencia y va por allá. No soy mejor atleta, no soy más rápido que nadie. Simplemente pienso que tengo suerte de poder leerle un poquito mejor a la montaña. Pero eso no me hace un mejor deportista ni mucho menos un mejor atleta que el increíble Kilian, a quien admiro muchísimo.

C: Hay un sector del montañismo que no comulga con esto de subir en velocidad, en poco tiempo, batir marcas. He leído que incluso cuestionan que los ultra runner “no disfrutan” de la montaña como se debe, contemplarla, caminarla. ¿Cómo te llevas con esas críticas?
K E: Mi propio padre es el ejemplo viviente. Cuando vine a la casa con mi primer récord en velocidad que fue el Cotopaxi me dijo “y ahora qué ¿te crees más hombre? estás haciendo daño al deporte, la gente no va a querer que tú les guíes”. Luego empezó a entender que hay mucha preparación detrás, que hay muchísimo respeto por la montaña, leer una ruta en velocidad es tenerle muchísimo respeto a la montaña.
Es un deporte muy distinto, de velocidad, de mucha preparación y de mucho respeto a la montaña. Venir de montañista a corredor me da un criterio muy bueno de la montaña. Ccreo que viceversa puedes perder rápidamente el respeto a la montaña al tratar de ir ultra ligero sin experiencia.
Sí me parece que hay que ser muy cautos con las críticas. En el sentido que hay que ver también un poco el background, el historial de la persona que está corriendo en la montaña. Hoy por hoy mi papá es uno de mis fans número 1. Me apoya y está super convencido que lo hacemos de manera muy segura. Y sabe que hay muchísima preparación por detrás.
Es un shock para las generaciones mayores. Sobre todo porque la gente siempre piensa que la montaña no es un lugar para correr. Pero yo creo que simplemente es una evolución del deporte, ni mejor ni peor, como en todo deporte. Y es mi estilo de vida correr en la montaña y poder ser libre. No me hace mejor montañista, pero siento que es una modalidad distinta.