El monte Everest, con sus 8.848 metros, sigue siendo el escenario donde los límites humanos son puestos a prueba. Esta temporada, dos nombres resuenan con fuerza en las laderas del coloso del Himalaya: Karl Egloff y Tyler Andrews, ambos empeñados en lograr el Fastest Known Time (FKT) en la montaña más alta del mundo. Aunque sus intentos son independientes, la coincidencia de sus aspiraciones ha generado expectativa en la comunidad del montañismo.
Karl Egloff, reconocido por sus récords de velocidad en cuatro de las Seven Summits (Kilimanjaro, Aconcagua, Elbrus y Denali), busca ahora la consagración definitiva.
En diálogo con Cumbres Mountain Magazine, el atleta suizo-ecuatoriano detalló su preparación: “Estoy totalmente enfocado en lo mío, en hacer las cosas como un montañista clásico”.
Lleva más de un mes en Nepal, con aclimataciones en el Mera Peak y rotaciones hasta los 7.800 metros en el Everest. Su estrategia es esperar a que las condiciones mejoren tras el paso de fuertes vientos y evitar el congestionamiento de expediciones previsto para mediados de mayo. “Espero que la vida me dé la oportunidad de subir luego de eso a intentar el récord”, afirmó.

Primer intento
Por su parte, Tyler Andrews, ultramaratonista y poseedor de más de 70 desafíos de FKTs -incluyendo el Manaslu y el Ama Dablam-, ya realizó un primer intento fallido. El estadounidense alcanzó los 7.100 metros la semana pasada, pero los fuertes vientos lo obligaron a retroceder.
Sin embargo, su ritmo verificado este domingo superaba el del récord actual (20h 24m, en poder de Kaji Sherpa desde 1998), lo que le da confianza para un segundo intento en los próximos días. “Aprendí muchísimo”, escribió en redes. “Tengo plena confianza en que nuestra próxima ronda será un éxito”.
La logística de ambos es distinta. Mientras Egloff prioriza la soledad y la planificación meticulosa, Andrews cuenta con apoyo en ruta, incluido el guía Dawa Stephen Sherpa. Más allá de las diferencias, comparten un desafío común: el tiempo.
El récord del Everest representa la cúspide de las hazañas de velocidad en alta montaña. Quien lo logre, escribirá su nombre en la historia del alpinismo. La ventana de oportunidad se cierra a finales de mayo. Hasta entonces, el mundo estará atento.