Limítrofe entre Italia y Francia, el Mont Blanc es el pico más alto dentro de los países de la UE, y el máximo emblema de los Alpes. El guía ítalo argentino Gonzalo Dell’Agnola describe con lujo de detalles el ascenso por la vía Goûter, en la vertiente francesa.
Por Gonzalo Dell’Agnola (*)
Mont Blanc (Monte Blanco, o Bianco en italiano), es el pico más alto de Europa occidental y uno de los más conocidos de los Alpes. Solo superado por las montañas del Cáucaso, es el punto más alto de la Unión Europea.
Rodeado de valles con numerosos glaciares, forma parte del macizo granítico homónimo que se extiende entre el valle de Aosta, en Italia, y de Alta Saboya, en Francia. Los pueblos más cercanos son Chamonix-Mont Blanc y Saint-Gervais-les-Bains, en Francia, y Courmayeur, en Italia.
Además de las impresionantes agujas de granito diseminadas por todo el macizo, también posee una gran cantidad de glaciares. Al sur, en la vertiente italiana, Freney, La Brenva, Miage entre otros. Por la vertiente francesa, Bossons (el glaciar con más desnivel de Alpes) Taconnaz y los célebres Mer de Glace, Argentiere, y Vallée Blanche.
El alpinismo es una actividad muy común en esta montaña, especialmente en verano. Los primeros en llegar a la cumbre fueron Jacques Balmat y Michel Gabriel Pacard en 1786, veintiséis años después que el geólogo y naturalista Horace-Bénédict de Saussure anunciara una fuerte recompensa a quien lo lograra, con la intención de calcular su altura.
El macizo del Mont Blanc permite realizar un amplio abanico de actividades en un entorno único. Alpinismo, senderismo, esquí fuera de pista, escalada, senderismo en glaciar, mountain bike, parapente, etc., lo convierte en el tercer espacio natural más visitado del mundo.
Pero la actividad estrella es la escalada de su cumbre por las diferentes vías francesas e italianas.
Vía de Goûter, Francia
La ruta de la Aguille de Goûter es la más frecuentada por montañistas y guías de montaña. Tomando como punto de partida Chamonix, en coche o transporte público la dirección es el adyacente pueblo de Les Houches, donde se toma el teleférico de Bellevue, luego el Trainway du Mont Blanc (tren de cremallera). O al pueblo de Sant Gervais, donde se toma el mismo tren en su pequeña y pintoresca estación.
La última estación coincide con el refugio en el Nid d’Aigle (2372 m.) desde donde comienza la caminata por un sendero evidente. Superado un expuesto contrafuerte rocoso (con cuidado luego de una nevada nocturna) que baja desde el Plateau donde se asienta el refugio de la Tête Rousse (3165 m), antes de llegar al hospedaje se atraviesa un glaciar que obliga a usar crampones.
El tramo entre la estación y el refugio Nid d’Aigle y Tête Rousse es de aproximadamente dos horas. Muchos montañistas poco aclimatados deciden pasar aquí una primera noche.
Con dirección a la base de la arista Payot desde donde se cruza rápidamente un impresionante corredor, el famoso le Grand Couloir o La Bolera, para estar a resguardo de caídas de piedras y hielo de las partes superiores de la pared. Arriba se encuentra secciones de cables (línea de vida) para asegurarse. Normalmente en esta sección hay zonas mixtas de hielo y nieve tras las nevadas, y se incrementa la inclinación (II y III). En estos pasos clave son frecuentes los atascos.
Por fin se accede a la parte superior de la Augille de Goûter donde luego de atravesar una fina y aérea arista se accede al nuevo refugio del mismo nombre (3815 m). El tramo entre Tête Rousse y Goûter es de 2:30 horas aproximadamente.
Día de cumbre
El desayuno es a las 2:30 AM para partir a las 3. Una vez atravesado el domo nevado de la Aiguille de Goûter, aparece una amplia pendiente con grietas transversales, hasta llegar a la aplanada cima del Dome de Goûter (4304 m).
En la vertiente opuesta se desciende hasta el amplio Col du Dome para remontar la rampa y alcanzar, sobre un saliente rocoso, el observatorio y refugio vivac Vallot (4362 m).
Luego se continúa sobre la parte alta de la rampa nevada, que se estrecha y lleva a una arista pronunciada donde destacan los pináculos nevados de les Bosses. Se remonta la pendiente del Petite Bosse, a la que sucede el comienzo del filo nevado y vertiginoso hacia ambos lados. Para finalmente llegar al contrafuerte de la Tournette (4675 m).
El filo gira a la izquierda y pierde inclinación. Al mismo tiempo a ese lado se suaviza el terreno en la amplia cima del Mont Blanc (4808 m.). Desde allí se observan las míticas montañas del macizo: Grandes Jorases, Augille de Midi, Dru, Dent du Giant, Les Droites, etc. Y en el horizonte el puntiagudo Matterhorn (Cervino) y el Monte Rosa (Douffourspitze).
El descenso se realiza por la misma vía, teniendo especialmente atención en los cruces con las cordadas que ascienden.
En resumen, el macizo del Mont Blanc presenta un excelente terreno y escenario de juego para una amplia gama de deportes de aventura. Específicamente su escalada puede resultar más interesante, durante el período de mayor afluencia, por itinerarios menos clásicos.
(*) Guía de montaña. Docente y formador de montañistas en España y Argentina. Titular de Adventure Andes Expeditions