El reconocido guía peruano Víctor Rimac comparte con Cumbres su mirada sobre nuestro paso por las montañas. El formato consiste en 6 lecciones o consejos simples, profundamente humanos. Hermosas reflexiones de un conocedor de la montaña como pocos.
Por Víctor Rimac (*)
Las montañas son el templo en el que muchas almas han encontrado su refugio. El templo creado y esculpido por las mismas manos de Dios, allí donde las más grandes lecciones de la vida llegan. En este ambiente todas las personas tienen el mismo rango, sin importar su género, su edad, los bienes materiales que posean o de los que carezcan, su raza, religión o creencia. En la montaña todos somos solamente humanos.
Lección #1: No lleves nada en tu espalda que no sea estrictamente necesario
Al momento de salir a la montaña debes armar una mochila pensando en todo aquello que vas a necesitar. Asimismo, eres consciente de que aquello que no necesitas te dará un gran peso y más cansancio innecesario al final del camino. Así que en la vida y en tu mochila, no lleves nada que no necesites y un peso que no puedas soportar.

Lección #2: Ama el camino más que la cima
La cima es importante pues nos ofrece una visión más amplia del mundo que nos rodea. Pero cada paso que damos para llegar, cada gota de sudor, cada risa y cada lágrima, darán significado y relevancia a esa ruta.

Lección #3: Eres frágil ante el universo, pero grande y fuerte ante tu espíritu
Cada paso que das en un ambiente tan ajeno a tu vida cotidiana te hace sentir que eres muy pequeño y frágil. Una tormenta, un paso en falso, o hasta un pequeño insecto pueden poner tu vida en riesgo y todo lo que conoces desaparecería en un instante, y la montaña seguiría igual. Pero llegas, con cansancio, dolor, frustración, miedo, y ante toda adversidad llegas, y ese es el sentimiento más grande que tu alma puede experimentar.
Lección #4: No importa que tan mal te sientas, hay cosas externas que no puedes controlar
La montaña no es estática o constante, ella siempre cambia, y no siempre a nuestra conveniencia. Podemos ver un cielo azul, con sol radiante y una hora después estar en medio de una fuerte tormenta. Y no importa qué tan enojado te sientas por estar mojado y con frío. No importa qué tanto grites y patalees, el clima no va a cambiar. Así que debes resignarte a que es algo que escapa de tu control. Y simplemente seguir caminando con la esperanza de que pasará.

Lección #5: Hay sólo dos opciones, rendirse o continuar
Siempre hay un punto del camino en el que sientes que no puedes resistir más. El cansancio y el dolor en el cuerpo se hacen insoportables. Lo único que quieres es tirar la mochila y sentarte para no moverte más. Así que hay sólo dos opciones: regresar por donde viniste (lo que implica recorrer la misma distancia) o continuar el camino para llegar a tu objetivo. En la vida también pasa esto, hay problemas y situaciones que pesan y te dejan sin fuerzas. Pero no hay más opción que volver a ponerse la mochila y soportar esa carga hasta que logres superar las situaciones y puedas realmente soltar.
Lección #6: Los problemas cotidianos carecen de significado
El tiempo que le damos a nuestro espíritu en la montaña es esencial. Es un tiempo para descubrir que eso que puede agobiarnos en la vida cotidiana es insignificante en la montaña. Ese informe que hay que entregar antes del viernes, los zapatos en oferta que no pudiste comprar. Las discusiones con tu pareja o familia, o cualquier situación que te quite la paz es irrelevante allí. Lo esencial en la vida y en la montaña es cuidar la salud y la paz mental.
La cumbre espiritual es aprender del camino y regresar sano, salvo y purificado a casa.
(*) Víctor Rimac (33, Huaraz, Perú) es Guía de montaña. Miembro de la Asociación de Guías de Montaña del Perú (AGMP). Integra la Unión Internacional de Asociaciones de Guías de Montaña (UIAGM). Titular de la empresa Víctor Rimac Expeditions. Exploró y abrió nuevas rutas de escalada, por lo que fue certificado como deportista calificado por el IPD. Desarrolla los proyectos Cumbre 8000, ascender los 14 ocho miles del Himalaya, y Vientos de Cambio, compartir el legado del montañismo en Perú a los más pequeños.