El reconocido periodista y escritor Sebastián Álvaro analizó desde su perspectiva el logro del equipo de Nepal en el K2 invernal. Reafirmando su conocida postura contraria a los desafíos en altas montañas a cualquier precio y forma, reconoció el ascenso de los nepalíes, pero relativizó su trascendencia deportiva e histórica.
El 16 de enero de 2021, un equipo de 10 alpinistas nepalíes, 9 de ellos utilizando oxígeno suplementario y 1 no, logró llegar a la cumbre invernal del K2 (8.611 m, China/Pakistán), segunda montaña más alta del planeta y única de más de 8.000 metros nunca ascendida en invierno, hasta ahora.
La noticia, claramente un hito en la historia del montañismo, quedó inmediatamente opacada pues, casi al mismo tiempo, el catalán Sergi Mingote, quien integraba uno de los equipos nepalíes, sufrió una caída de 700 metros cuando descendía al campo base en el proceso de aclimatación. Su compañero de cordada, el chileno Juan Pablo Mohr, trabajosamente pudo llegar hasta el lugar donde Mingote yacía gravemente herido. Murió a los pocos minutos sin dar tiempo a ningún rescate.
Como la muerte por accidente en las altas montañas se encuentra tan naturalizada, el mundo siguió girando. Entre homenajes póstumos al entrañable Sergi Mingote y encendida euforia localista por lo que en Nepal consideran un verdadero triunfo nacional. Y sus protagonistas, héroes.
No es para menos. Con o sin oxígeno suplementario, con o sin cuerdas fijas, llegar por vez primera a la cumbre invernal del K2 en las temibles condiciones que presenta el invierno en el Karakorum es, como casi todos sostienen, una hazaña de proporciones.
No obstante tamaño logro, un importante sector del alpinismo global relativiza y pone en contexto el cometido de los nepalíes en el K2 invernal. Sobre todo por las condiciones en las que se llegó al objetivo, con la mayoría de los alpinistas utilizando la cuestionable ayuda de las botellas de oxígeno adicional, que aumentan notablemente el rendimiento en alturas donde la vida misma es casi insostenible.
“El O2 realmente cambia todo”
Palabra autorizada en todo aspecto que atañe a las montañas y expediciones extremas, el periodista y escritor español Sebastián Álvaro dio a conocer su particular punto de vista al respecto, en el programa de radio El Transistor, que se emite por Onda Cero, de Madrid, y conduce José Ramón de la Morena.
Primeramente la consulta periodística giró en torno a que el uso O2 suplementario en el alpinismo no está prohibido, por lo que no puede considerarse doping. Ante esto, Álvaro argumentó: “El alpinismo es una actividad deportiva, no competitiva. Por eso no existen controles. Pero no se puede poner al lado de una cumbre como el K2, que hacerla con O2 que si no. El O2 realmente cambia todo”.
Para ahondar un poco más en su concepto, el creador del ciclo de TV Al Filo de lo Imposible primeramente reconoció el logro invernal: “Enhorabuena al equipo de Nepal que ha hecho la primera ascensión invernal, con botellas de O2 y cuerdas fijas. Ya está dicho. Hicieron un buen grupo, son un grupo de sherpas muy fuerte”. Pero a renglón seguido dejó bien en claro su opinión respecto de la forma: “¿Eso se puede comparar con una ascensión sin botellas de oxígeno? No, en absoluto. Ni en importancia, ni con ese comportamiento ético”.
Sebastián Álvaro recordó que, de todos los anteriores intentos al K2 invernal en los últimos años, absolutamente nadie utilizó, ni tenía previsto utilizar, oxígeno embotellado. “Eso ya es un índice, un indicador” señaló.
El periodista cuestionó doblemente el uso de oxígeno embotellado en alturas extremas fundamentando que “no solamente hace que tengas mucha mayor fortaleza física, no solamente reduce la altura de la montaña literalmente, sino que además en invierno, cuando hace frío, hace que tu cuerpo tenga más calor para defenderse del frío”.
“No ha subido el pueblo sherpa, han subido unos tipos…”
En donde Álvaro puso especial énfasis es en el hecho de que la cumbre invernal al K2 mucha gente lo considere un salto cualitativo de los sherpas y un reconocimiento a su pueblo. “Eso sí que me parece pura hipocresía. No ha subido el pueblo sherpa, han subido unos tipos… de los 10 que han subido, 3 de ellos tienen compañías de viajes. Esa gente lo que defiende primero son sus intereses determinados. Cuando se dice los ‘pobrecitos sherpas’… pobrecita la expedición rusa de hace dos años que iban justa de medios, que dos tipos a última hora no tenían ni dinero para comprar pasajes y no fueron”, ejemplificó.
“Esa gente, como Nirmal Purja y Seven Summits (la empresa de expediciones de Nepal), están patrocinados por Red Bull. Coloquemos cada cosa en su sitio” relativizó luego.
De todos los alpinistas en la cima del K2, solamente el muy reconocido Nirmal Purja dijo haber subido sin botellas de oxígeno. “Me lo tengo que creer -polemizó Sebastián- porque tendría que demostrarlo, yo que soy un periodista. Bueno, él hizo 14 ochomiles en 6 meses, casi corriendo, con helicópteros, con gente que le colocaba las cuerdas. Eso se deslinda mucho de lo que es el alpinismo clásico. Pero le pillaron mintiendo en Dhaulagiri, que dijo que no había utilizado oxígeno y sí utilizó”, cuestionó.
En ese contexto, trajo a colación el episodio protagonizado por Nims cuando hizo flamear una bandera de Kuwait (la nacionalidad de sus millonarios clientes) en la montaña sagrada de los sherpas. Lo que le valió la bronca de muchos compatriotas y una investigación del gobierno de Nepal.
“Escalemos limpio”
No obstante sus agudas críticas, tuvo especial reconocimiento para uno de los alpinistas, Mingma G, “un sherpa con mucho historial”, para luego suponer que este año “con el buen tiempo que han tenido, dos períodos excepcionales de temperaturas 15º por encima de lo habitual, si esos mismos sherpas hubieran intentado subir sin oxígeno, comportándose como un gran equipo como lo han hecho, empujando todos para arriba, por lo menos dos o tres habrían subido sin O2. Y estaríamos hablando de un hito histórico”.
Sebastián Álvaro rechazó el calificativo de “purista” que algunos le endilgan: “No soy un purista, soy un hombre que conoce mucho de montaña”. Y desde ese sitio donde se considera reclamó enfáticamente por el cuidado de las montañas: “¿Dónde crees que se quedan las ciento y pico botellas? En la montaña, ese es el depósito. ¿Dónde los miles de metros de cuerdas fijas, buena parte de la tiendas? Hoy a nivel ideológico es muy difícil mantener eso. Escalemos limpio, escalemos con cabeza, que no quiere decir que todo el mundo está obligado”.
“Sabemos desde 1978 que hasta el Everest se puede subir sin botellas de oxígeno, seamos limpios” reclamó finalmente en la audición radial.