El vasco Juanito Oiarzábal (62) estuvo en enero en Aconcagua y no dejó pregunta sin responder. Extensa e interesante conversación exclusiva con CUMBRES.
Juanito Oiarzábal no necesita presentaciones ni biografías, eso está claro. Sin embargo, y quizás para quienes no están tan involucrados en el montañismo mundial, vale compartir un punteo de solamente unos pocos datos:
6° alpinista en el mundo en lograr los 14 ochomiles, las montañas más altas del mundo (1999)
3° alpinista en el mundo en hacerlo sin auxilio de oxígeno artificial
1° alpinista en el mundo con más 8 miles en su haber: 26
1° alpinista en el mundo en subir dos veces los 8 miles, si consigue los 4 que le faltan
Hay mucho más, muchísimo más, en Himalaya, en Alpes, en Karakorum, en los Andes. Libros, conferencias, programas de TV. En fin, sobre Juanito Oiarzábal está todo escrito y publicado.
A punto de cumplir 63 años, disfrutamos de una cálida y distendida conversación en el campo base de Plaza de Mulas, en una de sus innumerables expediciones a Aconcagua.
La charla es extensa, pero vale la pena cada palabra, cada expresión, cada reflexión.
Pasen y lean señoras y señores, tómense su tiempo para encontrarse con un Juanito Oiarzábal auténtico, sin par:
CUMBRES: ¿De qué se trata esta nueva expedición que te trae a Aconcagua?
Juanito Oiarzábal: Yo desde 1982 vengo a Argentina a traer grupos, este es uno más. Hace 3 años no venía porque tuve una embolia en un pulmón en Dhaulagiri. El tema de la altura me había dejado un poco aparcado. Ahora estoy con medicación y haciendo otro tipo de altura como Kilimanjaro, Elbrus, Mont Blanc. Este es el primer año que vengo después de la embolia y bueno a ver cómo ando. Estoy con un grupo de clientes también de Aragón Aventura (La empresa de Fernando Garrido). Vascos y aragoneses.
C: ¿Y hasta ahora cómo te sientes en la altura?
J O.: Bien, ahora yo no soy la persona que fui, estoy pesado, medicado, cada vez me cuesta más, pero bueno todo lo que yo pensaba teniendo en cuenta que estoy con 10 o 12 kilos de más, podría andar un poquito peor, pues normalmente durante todo el año vengo trabajando en los Alpes, Elbrus, Kilimanjaro.
C.: Defínenos qué es Aconcagua para tí, cómo es esta montaña
J. O.: Aconcagua es una montaña muy particular. Primero por su latitud, la convierte en una montaña que en cuanto a la presión atmosférica todo el mundo habla que es más alta de lo que realmente es. Es exigente.
El problema es que hay que aclimatar, los días que vienes son muy justitos. Tampoco te puedes venir aquí a pasar un mes o mes y medio para subirlo. Aconcagua lo que tiene es fundamentalmente el último día. Hay que aguantar, hay que madrugar, hay que pasar el acarreo, hay que llegar a La Cueva, a la piedra Martínez que hace mucho frío ahí. La gente empieza a darle vueltas a la cabeza ‘que me estoy congelando los pies’, ‘que tengo mucho frío’. El sol llega muy tarde.
Y luego llega la Canaleta, que subir al (filo del) Guanaco, pues la gente sufre mucho.
Es muy exigente, pero el último día. Por lo demás, bueno, pues se sufre, sobre todo si encuentras condiciones como las que encontramos nosotros, mucha nieve, mucho viento que tapa la huella. El caminar y el andar se hace un poco más incómodo.
C: ¿Cómo fue aquella invernal que hiciste en la década del ’80?
J O: Nosotros hicimos la quinta ascensión mundial al Aconcagua en invierno, en agosto del 82. Casualmente fue mi primera ascensión al Aconcagua. Era otra historia porque entonces en Mendoza te probaban, te hacían darle unas vueltas al estadio para darte el permiso, unas flexiones, un recorrido alrededor de la pista. Nos hospedamos en la hostería de Puente del Inca. Ahí hicimos amistad con un comandante del Ejército y nos subieron con una ratrack hasta un poquito más arriba del puente…
Ese año fue el único año que yo he conocido el verdadero viento blanco… Me acuerdo las primeras noches en Confluencia íbamos con esquíes, pero nos llevamos una sorpresa tremenda porque llegamos a (el ex refugio) Colombia, primero por Playa Ancha estaba todo helado y no podías utilizar los esquíes.
En Colombia pasamos una noche y cuando subimos Cuesta Brava ya vimos que estaba todo pelado. El monte estaba muy venteado en Plaza de Mulas vieja. Nos metimos en la cabaña de madera que hoy es de los militares, no entonces.
Desde Puente del Inca nos acompañó una perrita, fue famosa. Ella subió con nosotros a la cumbre y cuando bajamos con tiempo más o menos bueno nos pilló el marrón arriba en la cumbre. Dormimos en Berlin, al otro día bajamos y nos metimos 4 días en la cabaña. Bloqueados sin poder salir, fumándonos el té con papel higiénico.
Al quinto día amaneció mejor, estábamos ya sin comida ni nada. Bajamos Cuesta Brava pues teníamos los esquíes en Colombia. Así hablando empezamos ‘y la perra, la perra, la perra…’ la habíamos dejado encerrada en la cabaña. Subieron dos compañeros y la desataron. Con ese viento de espaldas, te imaginas con esquíes desde Colombia hasta Conflu ¡pues una hostia!
C.: Fue una expedición de lujo, con gente muy reconocida…
J. O.: En aquella expedición yo era el más joven y había gente muy histórica. Ángel Vallejo Rosen, Juan Ignacio Lorente, Xabier Erro, Ricardo Gallardo. Gente que había estado en el año ‘74 y en el ‘80 en el Everest. Xabier Erro fue un asiduo de Aconcagua, tenía unos 25 años, este año pasado murió. Yo era un chaval, fue una de las primeras ascensiones que hice fuera de Europa. Siempre he estado como guía, por la normal, dos veces Polacos, una vez desde allá y otro día desde Berlin y una vez por Plaza Argentina. Yo he estado metido 3 veces en la Sur, pero las circunstancias no se dieron. Subí hasta las torres rojas, y ya se acabó.
C: ¿Del resultado de esta expedición, de cómo te sientas, dependerá la continuidad de tu proyecto inconcluso 2x14x8000?
J O: Para mí esto iba a ser un banco de pruebas para ver cómo me encuentro, cómo voy. 2x14x8000… No lo tengo del todo claro. Aunque por una parte no tengo que demostrarle nada a nadie. La idea que tengo inicialmente, y si tuviera que hacerlo lo haría, es subir con oxígeno. Cosa que no he hecho nunca, yo he subido 26 veces a 8 miles sin oxígeno, excepto al Everest la primera vez en el 93 que a 8600 metros me coloqué oxígeno. Por eso volví en el 2001 y volví a subir sin oxígeno. Fue la única vez que usé oxígeno en las 26.
Ahora, con esto de la embolia, utilizaría oxígeno si no me viera en condiciones. Y no tendría ningún problema. Lo importante es terminar el proyecto, me gustaría. Otra cosa es que lo haga o no. Y sería algo novedoso para mí, porque al final es repetir 8 miles.
Afortunadamente por rutas alternativas, el Everest por el pilar Sur, por el Norte, por la vía polaca. El K2 por la ruta Vasca, por Abruzzos. El Kanchenjunga por el Norte y por el Sur. Yo no me he caracterizado por ser un ochomilista por rutas normales, he intentado buscar algo alternativo.
Ahora con este proyecto que está a mi alcance pero que me da mucha pereza y que a la vez me gustaría terminar, sería algo muy mío. No aportas nada, yo siempre he buscado calidad y no cantidad. En este caso concreto me da igual. Y como no tengo que demostrar nada a nadie ni tampoco estoy vendiendo esta moto como si fuera la panacea, el proyecto de los proyectos, estoy ahí. Si puedo hacer lo haré.
Si lo hago tendrán que pasar muchos años para que otro iluminado como yo se le ocurra la brillante idea de repetir los 14 8 miles. Yo ya he batido muchas marcas, demasiadas. En cualquier caso, antes del verano me lo pensaría para el Shisha Pagma, y me quedan Dhaulagiri, Broad Peak y el Nanga Parbat. Me quedan esos 4, tengo 26 porque algunos he repetido algunos, como el Cho Oyu por ejemplo 2 veces en la misma temporada.
C.: Bueno Juanito, ambición, motivación y facilidad de aclimatación no te están faltando…
J. O.: Mira yo una temporada he subido Aconcagua en 3 semanas 3 veces. La aclimatación la traigo desde la cuna. Me adapto muy bien a la altura y sobre todo la ambición, las ganas, el saber sufrir. Si cumplo el proyecto ¡ay, sería la hostia para mí! Pero creo que lo tengo muy jodido. Lo voy a seguir persiguiendo, tengo que encontrarme más en forma, motivarme. Y a partir de ahí, pues, ya se acabó, ya más no puedo hacer. He subido 30 Aconcagua, 26 ochomiles, 2000 Mont Blanc, 15 Elbrus. Cuando termine pues, a seguir subiendo montañas. Lo importante y bonito de la montaña ¿sabes qué es? Que uno la puede practicar hasta los 90 años o 100. Cada uno dentro de su condición disfrutar de la montaña. Eso es lo que vale, lo que hay que valorar.
C: ¿Qué palabras puedes dedicar a gente de la talla de Reinhold Messner, Erhard Loretan, Jerzy Kucuczka, con quienes compartes los listados de los récords?
J O: Kucuczka bueno subió Everest con oxígeno. Están sí Messner, Loretan. Es que esto forma parte de tu historial. Yo soy la tercera persona en el mundo que ha subido los 14 ochomiles sin utilizar oxígeno artificial, perdurará toda la vida. Eso no quiere decir que tenga que valorar más a Messner que a Kucuszcka. A mí siempre me ha gustado más el polaco por su forma de hacer montaña.
Pero mi maestro ha sido Loretan, que fue un tipo revolucionario en todo. Con las grandísimas ascensiones que hizo en estilo alpino, la forma en que las hacía. Lo que comentaba que rapidez es sinónimo de seguridad revolucionó totalmente el alpinismo.
El alpinismo moderno pues rompió muchos tabúes, el tabú de hacer por primera vez un 8 mil en estilo alpino con Peter Habeler. O el tabú de subir el Everest sin oxígeno. O en solitario fuera de temporada y sin oxígeno. Hizo muchas cosas. Había otros referentes entre los alpinistas, diferentes, mejores, como Loretan o el propio Krzysztof Wielicki, las expediciones que realizó en invierno, fue el quinto en subir las 14 cumbres delante de mí. Pero sin embargo como alpinista profesional le superaba con creces a Messner en mi opinión. Todos los que han venido por delante de mí, de los 6 que hemos terminado los 14, el más.
Incluso Carlos Carsolio, el primer latinoamericano en subir los 14. La técnica y experiencia que él tenía era abrumadora, para ser mexicano, tuvo una buena escuela con los polacos, pasó mucho tiempo en Polonia y aprendió muchísimas cosas.
C: ¿Qué recuerdos tienes de Mariano Galván?
J O: Cuando yo tuve la embolia de pulmón Mariano estaba conmigo. También en el Broad Peak. Él subió sin permiso, luego fue al K2, ahí fue la movida con el Gobierno de Pakistán. Mariano pues, es otra generación. Porque en Argentina ha habido ilustres que no se olvidan. Sebastián De la Cruz, por decirte alguien. La ascensión que hizo con José Carlos Tamayo para Al filo de lo Imposible al K2 fue magistral. Sin embargo, nadie se acuerda de Sebita De la Cruz. O los (hermanos Willie y Damián) Benegas -que si son yankees que si son argentinos- en cualquier caso. Antes de Mariano había otra gente que hacía cosas muy importantes.
Su generación pues es otra diferente. Mariano era un tío tremendamente preparado, tremendamente fuerte. Un tío que le conocí yo desde el principio, desde su primer 8 mil, el Lhotse, que estuve con él. El tío evolucionó muy rápido. Y claro, cuando tú te planteas objetivos cada vez, y cada año, más exigentes, al final ocurren este tipo de situaciones.
Mariano murió con uno de mis mejores amigos, Alberto Zerain, con quien tengo este proyecto. Palmaron por tener poca cabeza, como muchos han palmado en el Himalaya. Si tienes poca cabeza y no piensas bien las cosas, y no las piensas dos veces, al final ocurren este tipo de situaciones.
En el caso concreto de la arista Mazeno del Nanga Parbat, tuvieron que bajarse. Porque no se concibe que salgas del campo base, que vayas a hacer una ascensión de estas características, formidable, que el primer día que haces un vivac te cae una gran nevada, que aguantes ahí un par de días y que luego te vayas para arriba. Lo suyo era ‘después de visto todo el mundo es listo’.
En mi caso eso no hubiera ocurrido, eso lo tengo más claro que claro. Te tenías que volver. Es que ya el año anterior en el Manaslu tuvieron exactamente el mismo problema, los dos. Alberto bajó y Mariano subió. Es que Alberto para bajar sólo por ahí por donde bajó… yo hablé, un terreno técnico, y el otro para arriba. Eran carne de cañón, eran candidatos a esto, si hubieran hecho la Mazeno hubieran intentado otra cosa y hubieran palmado en el otro.
C.: En Aconcagua se lo extraña…
J O: Pues claro que se lo extraña. En todo caso, Mariano era un grandísimo alpinista y que quedará ahí en el recuerdo. Porque para qué nos sirven los alpinistas ya muertos. Yo he perdido 8 compañeros directos, con los que he escalado toda mi vida, Atxo Apellaniz, José Luis Zuloaga “Zulu”, Antonio Miranda Trescastro, Félix Iñurrategui. Y estoy aquí, evidentemente porque he tenido mucha suerte en la vida. Suerte de no colarme en una grieta, de que no me caiga una avalancha, que me han caído, pero he sobrevivido. Todas estas cosas hay que valorarlas.
C.: ¿En alguno de esos casos críticos has sentido que era el final?
J. O.: He tenido muchos, demasiados. Pero siempre hablo de uno en el Kanchenjunga, cuando yo subí por primera vez con Félix Iñurategui. La cumbre no era como ahora, porque ahora los partes meteorológicos los clavan al 100%. No, tú salías de la tienda y hacías así (muestra su dedo índice hacia arriba) a ver por dónde soplaba. En la cumbre nos envolvió una tormenta bajando y probablemente fueron los peores momentos que he tenido en mi vida. Veías que ibas a palmar al 100%. Sin embargo, después de estar perdidos llegamos al campo 4 de malas maneras, no hubo ningún accidente mortal. Luego he tenido avalanchas donde ha muerto mi compañero… al subir al Everest murió mi compañero, conmigo… El último en el Annapurna.
C: Tu segundo Annapurna ¿fue especial por el homenaje a Herzog y el programa Al filo de lo Imposible?
J O: Yo soy el único occidental en el mundo que ha subido dos veces el Annapurna. Y soy la primera persona en el mundo que ha repetido los 3 grandes: Everest, K2 y Kanchenjunga. Pues soy la persona en el mundo que más 8 miles ha subido. Ahora hay un sherpa (Kami Rita Sherpa) que tiene 22 Everest, pero no ha hecho los 14.
C.: Bueno, los sherpas son realmente especiales ¿no crees?
J. O.: Los sherpas son lo que son. Personas como las demás, se dedican a trabajar como los demás, que su oficio es trabajar en montaña y que por su adaptación a la altura lo hacen mejor que otros. Y nada más, yo no creo nada más. Son gente que te ayudan previo pago, claro, porque cuando tienen que hacer un rescate habría que puntualizar. La figura del sherpa es muy bonita, muy romántica, muy bohemia. Pero ya no es lo que fue, el sherpa está por y para. Por él y para ganar dinero. Te ayudará, claro, pero previo pago. Y no es barato. Como acá los argentinos que portean allá arriba, igual.
C: ¿Qué piensas que le dejas como legado al mundo del alpinismo?
J O: Mira, nosotros los vascos tenemos un cierto privilegio porque la cultura y la tradición de montaña que tenemos en Euskadi no la hallo en toda España. Y a medida que han ido pasando los años, nuestros antepasados, quienes nos precedieron desde los ‘60 cuando se empezaron a hacer las primeras expediciones a los Andes de Perú, después en el año ‘74 al Everest, ellos nos han dejado un legado.
En Euskadi el que más el que menos tiene un amigo, un primo, un hermano. Hace montaña todo el mundo. La gente está muy identificada con la montaña. Es verdad, tenemos montañas muy pequeñitas, la máxima de 1.500 metros. Pero la orografía que tenemos ha hecho de este deporte que salgamos muchísima gente.
Te pones a analizar y la gente que ha salido de Euskadi somos muchísimos. Ahora puede haber, no sé 300, 400, 500 u 800 personas que han subido un 8 mil. Hay miles de personas que han subido el Aconcagua, sólo en Euskadi. Eso ha hecho que la afición que tenemos allá por la montaña se sienta con mucha pasión. Hace 40 o 50 años Suiza, Alemania, Francia, Italia, países tradicionalmente alpinos nos superaban a España en todo.
Y hoy en día España, ya no solamente Euskadi, está a un nivel alpinísticamente hablando que no tiene nada que envidiar a esos países. Estamos a un nivel muy alto en todo. Por no hablar de seguridad en montaña, por no hablar de rescates. Nosotros tenemos un cuerpo, la Guardia Civil, que están ahora mismo valorados en Europa, tremendamente especialistas.
La tradición que nosotros hemos tenido en España pues no la ha habido en otro lado. En Asturias se ha practicado siempre mucha montaña, en Cataluña, en Aragón. Pero es que ahora en todas las autonomías de España se practica montaña, incluso en lugares que no hay montañas y que sin embargo la gente se empieza a aficionar. En España y en Euskadi en particular está muy considerada. Los tiempos van pasando, se ha hecho prácticamente todo en grandes paredes, en escalada deportiva. Tenemos un nivel mundial en todas las disciplinas de montaña, tenemos un nivel altísimo. No solamente en 8 miles, que también.
Los Kilian Jornet en Euskadi también los hay, no solamente está Kilian que es el mejor, sino que en España, en Euskadi, hay corredores muy completos que están haciendo un montón de cosas, y muchas veces compiten a nivel internacional a niveles increíbles, pagados por las federaciones y por los gobiernos.