Cuatro puesteros de la Patagonia argentina enfrentaron la nieve, el viento blanco y el frío extremo para rescatar a su tropilla de caballos varada en la cordillera neuquina. Sus videos y relatos despertaron asombro e interés, y ya dan la vuelta al mundo.
Un rescate de caballos varados en un temporal de nieve en la alta montaña de la Patagonia argentina se transformó en un verdadero atractivo global. Es que los protagonistas subieron a Facebook un video que grabaron con su móvil y la emotiva historia corrió como reguero de pólvora.
El evento ocurrió en Huaraco Norte, cerca de la localidad de Vararco, un paraje cordillerano en el extremo Norte de la provincia de Neuquén. A pocos kilómetros de allí se encuentra el Domuyo (4.707 m), el pico más elevado de toda la Patagonia. El volcán es muy frecuentado para su ascenso en época de verano.
El dramático episodio tuvo como eje a una tropilla de nueve yeguas que se encontraba atrapada en la nieve luego de intensos temporales que azotaron la zona la semana pasada. Los animales se encontraban en la llamada “veranada”, un paraje montaña adentro donde los puesteros los llevan a pastar en la temporada estival. Lo contrario es la “invernada”, un lugar mucho más bajo donde suele estar erigido el puesto propiamente.
El puestero Félix Castillo, junto a su primo Alejandro, su tío Antonio y su amigo Eugenio Vázquez -y sus perros-, decidieron el 7 de julio ir en busca de las yeguas. Para salvarlas de la segura muerte en aquellas alturas y condiciones.
El peor panorama
Los cuatro hombres emprendieron la travesía a caballo desde el paraje Huaraco, temprano por la mañana. A mediodía arribaron a la veranada de un vecino, desde donde debieron avanzar a pie, por la cantidad de nieve ya presente.
Fueron 9 kilómetros laderas arriba que debieron atravesar los rescatistas hasta que lograron divisar a los animales, en medio de la inmensidad blanca. Las temperaturas eran bajísimas y el viento cada vez más intenso.
Así fue como comenzaron el descenso arriando a las yeguas y abriendo huella en la espesa nieve que en sectores superaba el metro y medio. La esforzada tarea se veía aún más complicada con el viento blanco que arreciaba sobre hombres y caballos.
El esfuerzo físico tremendo derivó en calambres y principios de congelación en manos. Y también pies pues, por si fuera poco, debieron vadear un curso helado de agua para seguir bajando.
Lograron llegar al fin a la veranada donde afortunadamente pudieron hacer fuego con madera seca que allí había y mudarse algo de ropa que pudieron encontrar también.
Algo recuperados continuaron el descenso y alrededor de las 23 arribaron al puesto. Un equipo de rescate ya había salido en su búsqueda ante la alarma de sus familiares que nunca lograron comunicarse con ellos.

Viralización
Félix durante la travesía grabó algunas imágenes con su teléfono celular. Al día siguiente las compartió en su muro de Facebook, e inmediatamente los videos se convirtieron en atractivo global.
Fue contactado por el diario Río Negro, de la Patagonia, que realizó una nota al respecto. Más tarde también se interesaron periodistas de una radio regional.
También conoció la historia la gente de una revista digital de polo llamada ClickPolo. Ellos no solamente relataron la historia del rescate en la Patagonia. Con los videos de Félix realizaron una pequeña y emotiva producción que difundieron por sus canales.

La noticia finalmente llegó hasta España, donde el sitio de nieve y ski “Lugares de Nieve” también publicó la sorprendente aventura que vivieron los cuatro puesteros de la Patagonia.
“Una de tantas cosas que nos toca en la lucha de campo”, señaló Félix Castillo ante las requisitorias periodísticas. “Estoy feliz de mostrar estas imágenes para la gente que no ha visto los esfuerzos que hacemos los crianceros del norte neuquino cuando nos nieva”.
Félix, Antonio, Alejandro y Eugenio se siguen recuperando en su puesto cordillerano. Mencionaron pérdida de sensibilidad en la punta de los dedos por el frío, además de un cansancio extremo.
En tanto, disfrutan de una sorpresiva y seguramente efímera fama, simplemente por mostrar alguna de las tantas peripecias que signan las vidas de estos sacrificados hombres de montaña.