Son alumnos de la Escuela del CAM. Recorrieron casi 100 km en 5 días, de Norte a Sur, con cumbres en varios cerros del Piedemonte mendocino.
16 alumnos de la Escuela de Montaña del Club Andinista de Mendoza realizaron en octubre pasado la extensa travesía del cruce completo de la Precordillera desde su extremo Norte hasta el Sur, uniendo en 5 días de trekking la Cruz de Paramillos (Las Heras) con la localidad de Cacheuta (Luján).
Una expedición similar se realizó 30 años atrás, cuando en 1988 un puñado de andinistas del Club Andes Talleres realizaron igual periplo en similar tiempo. Desde aquel entonces que no se repite esta hermosa y exigente travesía al cordón montañoso más cercano a la ciudad de Mendoza.
El equipo planificó cuidadosamente la iniciativa bajo la tutela del Guía y docente de la Escuela Hernán “Largo” Moreno, junto a sus colegas Javier Robello y Oscar “Coqui” Agüero.
El primer grupo de 17 expedicionarios se dio cita el miércoles 24 de octubre por la tarde en la villa de Uspallata para trasladarse en vehículo por la ruta 52 -que conduce a Villavicencio- hasta la máxima altura del camino, la Cruz de Paramillos (2957 m). Allí pernoctaron en bolsas de dormir para a la mañana siguiente comenzar la caminata con rumbo Sur. En esa jornada encumbraron los cerros Sapo (3335 m) y Corneada (3200 m) para emprender la bajada hacia la Pampa de Canota, donde al atardecer establecieron campamento.
La dificultad principal del cruce del Piedemonte, además de la distancia, consiste en la casi absoluta ausencia de agua durante todo el periplo. Por eso, con una camioneta de apoyo se porteó agua, comida y algo de equipo a los dos primeros campamentos y al cuarto.
En la segunda jornada, el mismo grupo atravesó por una huella la bellísima pampa de Canota (donde aún existe hasta una pista de aterrizaje), subió los cerros y llegó hasta la ruta 13 (B° Municipal-Uspallata) a la altura del Segundo Monolito, donde, al pie del cerro Pelado, mayor altura de todo el Piedemonte, vivaqueó bajo las estrellas.
Pese a lo avanzado de la primavera el tiempo acompañó benignamente durante todo el trayecto con noches bastante frescas, pero días apacibles, seminublados, ni muy fríos ni muy calurosos.
Al comienzo del tercer día de marcha uno de los caminantes regresó a Mendoza, pero se sumaron dos más. Tras subir algunos de ellos los cerros Pelado (3445 m) y Alto de los Manantiales (3132 m), pusieron rumbo hacia el Sudeste encadenando los montes Chimenea (3108 m), Paramillitos (3061 m) y Rincón del Guamparito (2829 m). Al atardecer una feroz tormenta los cruzó al ingreso de la Pampa de los Ñangos, donde pudieron guarecerse en el puesto allí existente.
A sol pleno comenzó el cuarto día de trekking que llevó al team a cruzar la Pampa y pasar por la Cruz de San Ignacio, pampa Seca, cerro de la Cruz (2675 m, donde dos personas bajaron hacia el Puesto El Limón), y Arturo Penny (2586 m), en cuyas inmediaciones de cumbre establecieron el último vivac. El éxito del desafío estaba a la vista.
En la mañana del lunes, algo repuestos del extremo cansancio, los 16 entusiastas montañistas acometieron el cerro Vizcachera (2700 m), Ponderado (2636 m), y de allí pasaron al Baños (2220 m) para encarar la bajada final que los situó en el puente colgante de Cacheuta exactamente a las 15:20, en 5 jornadas de agotadora marcha, luego de 103 horas 10 minutos, y 98 kilómetros recorridos.