El monte Toubkal, en Marruecos, es la mayor altura de los altos Atlas, en la transición hacia el desierto del Sahara. Excepcional relato de Gonzalo Dell’Agnola, de una expedición en 2015.
Por Gonzalo Dell’Agnola (*)
A finales del año 2014 armábamos con José Manuel el calendario de la Escuela de Montaña de Lugo (Galicia, España) para todo 2015. Barajamos posibilidades y, teniendo en cuenta la estructura de la escuela con sus diferentes niveles y actividades, salió la alternativa de volver a Marruecos y escalar el pico Toubkal (4165 m).
A diferencia de la expedición de 2012, esta vez nos propusimos finales del invierno de 2015, en Semana Santa. Así pusimos manos a la obra.
Organizamos el programa con alojamientos en Marrakech, pasajes aéreos y transporte. Por fin tuvimos todo listo y el equipo preparado para realizar el sueño.
Nos tomamos ocho días completos para la expedición. Al tratarse de una salida “extra” del sistema de la escuela, se pudieron apuntar alumnos de los tres niveles. Finalmente, la expedición quedó conformada por 11 participantes. Se sumó Vero, recién llegada de Argentina, que ese año brindó una intensa formación de Primeros Auxilios en Montaña y Ambientes Naturales.
Marrakech nos recibió bulliciosa y dinámica. Aprovechamos ese primer día para organizar los pormenores de los tres siguientes de plena alta montaña. Y visitar la ciudad, primera vez para varios.
Aproximación agitada
Al día siguiente partimos muy temprano desde el hotel en plena ciudad antigua, rodeada por la centenaria muralla. Luego de dos horas de viaje llegamos al pueblo de Imlil, en la cordillera del alto Atlas. Allí encontramos a Omar, guía local que nos acompañará y hará de enlace para nuestra logística.
Inmediatamente nuestros petates preparados minuciosamente fueron cargados en burros que los transportan al refugio (eso era lo que pensábamos). Una vez terminada la preparación del transporte de carga comenzamos el trekking de aproximación remontando el valle, pero esta vez en un ambiente invernal similar a nuestras montañas de los Andes Centrales.
Pasamos por el famoso templo de Sidi Chamharaouch (lugar de peregrinación de la gente de los altos valles de Atlas). Luego la nieve ya nos llegaba casi hasta las rodillas.
Un poco más arriba nos encontramos con la novedad que los “muleros” no querían seguir subiendo con nuestras cargas. A diferencia de los arrieros en Argentina, los muleros de Marruecos caminan al lado de las mulas o burros, sin montarlas.
No nos quedó otra chance que negociar con porteadores para completar el transporte hasta la zona de los refugios. Omar fue de gran ayuda para que este contratiempo tuviera un final que nos dejó satisfechos.
Día de cumbre
Al llegar al refugio Toubkal (3207 m) me sorprende las mejoras que se aprecian a simple vista en infraestructura y servicios. Es que en los últimos tres años pudimos ver el contraste y el avance de Marruecos y eso nos hace felices.
Nos acomodamos y tomamos una merienda, aprovechamos para hacernos un test de altitud con oximetría y chequeo de síntomas. Para la mayoría de los alumnos de la escuela fue su primera experiencia en altura.
A la mañana siguiente nos despertamos a las 5:30 AM a desayunar. Y a las 6:30 ya teníamos los crampones puestos y el piolet en la mano para comenzar el ascenso por el canal Oeste. La ruta Ikhibi Sur tiene cerca de 800 metros de desnivel.
El día se presentó frío y nublado. Pero al no haber prácticamente viento, la ascensión se hizo agradable y continua. Con satisfacción vimos que los síntomas de altura en algunos de los miembros la noche anterior, han desaparecido y progresamos a buen ritmo.
Llegados a la travesía expuesta en la parte alta del Toubkal (antes de la cumbre), comprobamos que está totalmente helada y que debido a la exposición se ha fijado una cuerda para usarla como pasamanos. Al chequearla, noté estupefacto que solo estaba anclada con una piedra sobre su extremo. Es decir, no está anclada al terreno. Me tomé unos minutos y finalmente la cuerda quedó correctamente instalada y todos los montañistas pudieron usarla sin problema.
Finalmente, luego de 4 horas, llegamos a la cumbre del Toubkal, el techo del Norte de África. Se abrió ante nosotros todo el alto Atlas completamente nevado y pudimos ver el contraste con la zona roja del desierto del Sahara, donde haremos una travesía en los próximos días.
Descenso controlado
Luego de pasar más de una hora en la cumbre, comenzamos el descenso con cuidado, pero felices de la cumbre conseguida con todos los miembros del grupo.
Descendimos por el canal nevado y antes de llegar al refugio presenciamos la caída de una mujer francesa. Notamos que, al no poder detenerse en el terreno helado, se deslizó varios metros por la pendiente hasta que un crampón se le trabó y pudo frenar. La caída le provocó una lesión en el tobillo.
Al llegar a ella, comprobamos que era bastante grave, por lo que comenzamos a hacer los primeros auxilios. Vero, la médica del grupo, la inmovilizó y pudimos trasladarla hasta el refugio. Allí luego de tomar algo, preparamos los petates para comenzar el descenso ese mismo día hasta Imlil. Le ayudamos a la mujer a gestionar una mula para bajar (a esa altura sospechamos fractura).
Comenzamos el descenso y mientras pasamos por los típicos lugares del trekking de aproximación dejamos la línea de nieve y nos adentramos en la zona desértica de alta montaña. En el camino íbamos chequeando la inmovilización de la francesa para que pueda continuar bajando confortablemente.
En Imlil nos alojamos en la casa de Omar, donde pudimos ducharnos y degustar una riquísima típica cena del Atlas, preparada por su mujer. Nuestro ascenso al Toubkal no podía tener mejor corolario.
Al día siguiente regresamos a Marrakech a descansar, pasear por la ciudad y preparar nuestra siguiente travesía: el desierto del Sahara.
Caravana al Sahara
Partimos temprano como de costumbre, con destino a las gargantas del Dadres y Zodra, impresionantes cañones rojizos en pleno desierto. Es esta la zona de transición entre el Sahara y la cordillera del Atlas.
En el camino pudimos visitar el conocido pueblo de Ouzarzate, sitio de filmación de famosas películas. Esa noche dormimos en un pequeño refugio en medio de la Garganta del Zodra que es punto de partida para impresionantes vías de escalada clásica en el corazón de Marruecos.
A primera hora de la mañana seguimos viaje con dirección al desierto, más precisamente al paraje de Merzouga. Un par de horas de minibús y llegamos. Nuestros guías nos prepararon para la travesía en camellos de un par de horas.
Finalmente, ya todos sobre los camellos, formamos nuestra peculiar caravana al campamento donde pasar la noche. La travesía me remonta a lecturas de la infancia sobre los bereberes y el gran desierto.
Esa tarde la pasamos en las Jaimas, las carpas de los nómades bereberes. Allí compartimos una linda experiencia y cena con algunos grupos en el campamento.
Como broche final, el desierto del Sahara nos ofreció la noche más increíblemente estrellada jamás imaginada.
(*) Guía de montaña. Docente y formador de montañistas en España y Argentina. Titular de Adventure Andes Expeditions