
Los montañistas brasileños Moeses Fiamoncini y Dario Libano acaban de completar una de las ascensiones más rápidas jamás registradas en el Denali, el punto más alto de América del Norte, con 6.190 metros de altitud. La dupla alcanzó la cima en tan solo 4 días, 6 horas y 53 minutos tras partir del campo base, y completar la expedición, ida y vuelta, en 5 días, 16 horas y 43 minutos, recorriendo un total de 54 kilómetros. Un logro aún más impresionante si se considera que el tiempo promedio de una expedición en esta montaña es de aproximadamente tres semanas.
Ubicado en Alaska, el Denali (también conocido como Monte McKinley) es una de las montañas más desafiantes y frías del planeta, con temperaturas que pueden alcanzar los -40 °C, vientos extremos y glaciares con profundas grietas.
La estrategia adoptada por la cordada compuesta por Moeses y Dario priorizó la audacia y la eficiencia. Un avance acelerado sin comprometer la integridad física en uno de los entornos más hostiles del alpinismo mundial.
La travesía comenzó el 9 de junio, a las 14, cuando partieron del campo base arrastrando trineos con 45 kilos cada uno. En los primeros 10 kilómetros ya enfrentaron un glaciar lleno de grietas de hasta 40 metros de profundidad, además de condiciones climáticas adversas.
Planificación específica
La decisión de realizar el ascenso y descenso en menos de 7 días requirió una planificación logística precisa, que comenzó con una etapa de aclimatación previa en Bolivia.
Antes de la expedición al Denali, Moeses y Dario estuvieron en Bolivia, donde escalaron sucesivamente el Chacaltaya (5.421 m), el Acotango (6.052 m), el Parinacota (6.342 m) y el Sajama (6.542 m), el punto más alto del país. Esta preparación en altitud fue fundamental para la adaptación fisiológica y el desarrollo de resistencia. Ello les permitió mantener un ritmo elevado desde los primeros días en Alaska.
Después de regresar a Brasil, monitorearon cuidadosamente las ventanas de buen tiempo en la montaña. Identificaron algunos días prometedores y definieron la fecha del intento de cumbre.
Aunque el día elegido inicialmente tenía un pronóstico favorable, la mañana amaneció con clima cerrado y fuertes vientos. Aun así, confiando en los datos meteorológicos que indicaban mejoría a partir de las 19, decidieron seguir adelante. Salieron en medio de ráfagas intensas y, como se esperaba, el clima comenzó a mejorar.
Cuando llegaron a la cima, las condiciones eran considerablemente mejores. La coronación fue el resultado de una planificación minuciosa en la que trabajaron en conjunto y tomaron las mejores decisiones con confianza mutua y enfoque en el objetivo.
Con un historial de conquistas en las montañas más icónicas del planeta, incluyendo expediciones en los Alpes, los Andes y el Himalaya, Fiamoncini y Libano consolidan con esta nueva hazaña su reputación como referentes del montañismo internacional.
(Más información está disponible en sus perfiles oficiales de Instagram: @moesesfiamoncini y @dariolibano)