Denali (6.190 m, Alaska, EE. UU.) es un desafío muy perseguido por montañistas, expertos y no tanto, en los últimos años. En este informe, compartimos la experiencia en una de las Seven Summits del guía de montaña Julián Insarralde.
El monte Denali, situado en Alaska, EE. UU., con 6.190 metros de altura es el más alto de América del Norte. Por esa cualidad integra el circuito Seven Summits, las cumbres más elevadas de cada continente, junto a Everest, Aconcagua, Elbrus, Kilimanjaro, Vinson y Carstentz Pyramid.
El reconocido guía de montaña Julián Insarralde encabezó en julio pasado una exitosa expedición de 11 días al Denali. Y compartió con Cumbres los pormenores de su experiencia y sus apreciaciones sobre tan mítica montaña.
El grupo estuvo integrado, además de Julián, por Hugo, de Argentina y Tati de Brasil. En el periplo se encontraron con otros dos grupos argentinos, uno encabezado por Pablo Pilota con 3 personas más, y dos guías de Mar del Plata, Roberto y Lily.
Expedición Denali
La primera escala ya en Alaska es en su ciudad más grande, Anchorage. Allí se prepara la logística y se arriba a Talkeetna. Julián lo describe como “un pueblito de película, pueblo de montañeros, aviadores, escaladores”, una pequeña ciudad que debe su desarrollo al turismo que genera Denali.
En Talkeetna los expedicionarios deben mantener una reunión obligatoria y personalizada con Guardaparques. A continuación, se deben contratar los servicios de un avión que lleve a los expedicionarios al glaciar Kahiltna, en la base del Denali, a 2.200 metros. La aproximación de esta manera se debe a que “como Alaska toda es una zona muy salvaje, el avión te traslada hasta una altura donde los osos u otros animales salvajes ya no llegan” comenta Insarralde.
Ese primer día, una vez en el glaciar, comienza el trabajoso tránsito sobre la masa helada, porteando con trineos en una longitud de unos 7,5 km, unas 6 horas de marcha. Así se arriba al campo 1.
Cada movimiento entre campamentos es muy duro. El porteo en trineo es muy exigente físicamente. Los primeros días las mochilas están realmente pesadas y al llegar a cada campo se requiere armar todo siempre sobre la nieve: plataformas para las carpas, paredes con ladrillos de hielo, la tienda misma.
Una táctica habitual es descansar de día y moverse en horario “nocturno”, aunque en rigor nunca se hace de noche en Denali en verano. Esto es porque se le da tiempo a la nieve para endurecerse, lo que facilita el tránsito sobre ella.
Campos intermedios
El día 2 es posible ascender desde el 1 hasta el campo 3 directamente, en una etapa bastante larga, de unas 11 horas.
Por lo general la tercera jornada se dedica al descanso. Para en la cuarta realizar algún porteo a 4.000 metros, regresando a dormir en campo 3, a 3.400 metros, como parte de la aclimatación.
El campo 4 es el campamento base de la montaña, el más importante. Desde allí con un buen pronóstico de 3 o 4 días ya es factible subir al campo 5, atacar la cumbre y bajar.
La parte más atractiva de Denali se encuentra entre los campos 4 y 5. Es una zona con algunas cuerdas fijas disponibles ya que tiene una gran pared con una inclinación importante de 60° a 65°. Y el famoso filo que conduce al campo 5. “Es totalmente expuesto, hay que ir asegurando y dependiendo de la técnica que uno utilice es un filo donde hay que tener mucho cuidado”.
Campo 5 y cumbre
El campo 5 recuerda lo cerca que se encuentra el Ártico y el Polo Norte. Según Julián, “es completamente helado y si bien la altura es de 5.200 metros, realmente hace mucho frío. Fue mi segunda vez allí, la primera vez tuvimos muy mal tiempo, frío de -42° en campo 5. Esta vez el tiempo ayudó, tuvimos sólo -20°”.
Denali castiga con helado rigor a cada paso y en todos los campamentos. Excepto el día de cumbre. Debido a la latitud, hay en esta época 24 horas de luz. Por ello, la salida a la cumbre no conlleva tanta presión.
La expedición de Julián partió a la cima a las 9 am y aproximadamente a la 16 llegaron todos a la cima. A las 20 estaban ya de regreso en el campamento, en toda la jornada bajo sol.
“El día de cumbre fue bastante agradable y la montaña, si el tiempo está bueno, es realmente maravillosa”. La jornada arranca por una pendiente pronunciada que conduce hasta el llamado Denali pass. De allí se continúa por un filo con algunas grietas hasta llegar a la famosa cancha de fútbol –football field-, ya a 6.000 metros. Lo siguiente es montarse sobre el filo y por esa arista arribar a la cumbre esquivando un último gran serac.
Denali fascinante
“El Denali es posiblemente una de las montañas más bellas del mundo”, define Julián al regreso de su aventura. “Es tanto el espacio, tantos glaciares, un entorno completamente nevado. Es realmente fascinante”.
En esa cordillera hay 3 montañas importantes y convocantes, las 3 más altas del Parque: Denali (6.190 m), Foraker (5.304 m) y Hunter (4.442 m), una trilogía bien conocida.
Denali tiene algunas partes técnicas. En algunos lugares expuestos es factible encontrar a disposición del montañista una estaca con cinta express como para hacer un ensamble y pasar asegurado. “Bueno, es EE. UU., está todo muy bien protegido” explica Julián.
La particularidad de la montaña no tiene comparación con otros lugares de altura. Básicamente por la incomodidad, a la que no se está tan acostumbrado, de estar tanto tiempo permanentemente sobre la nieve, entre 12 y 13 días. Eso la hace realmente diferente.
El Denali National Park es un lugar con muchísimo desarrollo: repleto de servicios, buena atención, centros de interpretación, colectivo dentro del Parque, trencito. “Es de primer mundo, maravilloso e incomparable. En cuanto a servicios es algo como por ejemplo Cataratas del Iguazú, quizás”.
Es que no todos los turistas que van al Parque Denali buscan su cumbre. De hecho, sólo se otorgan unos 1.200 permisos de ascenso. Pero son muchos más los visitantes que concurren para pasear, para avistar la montaña. Y también para cruzarse con osos, alces, y una muy atractiva fauna silvestre.
Julián Insarralde define a Denali y a la expedición como una experiencia sumamente recomendable. “Es una montaña exquisita, alucinante, divertida, una escuela de hielo muy buena. Ha sido una experiencia increíble, sumamente positiva”.