Guías alpinos de la región italiana del Véneto difundieron un Manifiesto Ético con cinco principios en los que se comprometen a trabajar en el marco de su profesión, a manera de homenaje a las víctimas de la tragedia de Marmolada, ocurrida el 3 de julio pasado y que se llevó la vida de varios montañistas, entre ellos a dos de sus compañeros.
El documento ha quedado abierto para que cualquier entidad, federación o asociación de montaña, o cualquier persona en particular, lo firme y adscriba a su contenido. Es una forma de darle mayor fuerza y compromiso en todo el mundo de la montaña.
CAI Veneto y Rescate Alpino Regional fueron los primeros firmantes, quienes además acompañaron a los guías alpinos en una presentación del manifiesto hecho en la ciudad de Alleghe. Concurrieron unas 300 personas, entre ellos familiares de algunas de las víctimas, según consigna el sitio Lo Scarpone.
Los cinco puntos del Manifiesto pretenden inspirar el trabajo futuro de los guías de montaña. Básicamente es una invitación a trabajar unidos y construir una montaña libre, responsable, sostenible y consciente.
El presidente de la entidad veneciana, Marco Spazzini, consideró que la tragedia en la Marmolada fue un acontecimiento “para el que ninguno de nosotros estaba preparado”. El manifiesto ético de los guías -iniciativa que le adjudica a la secretaria Lucía Montefiore- “surge de la necesidad de dar un marco significativo a la catástrofe y del deseo de honrar la memoria de nuestros compañeros fallecidos”.
Empresas y asociaciones que quieran rubricar el Manifiesto, lo pueden hacer comunicándose a la dirección de correo electrónico collegio@guidealpineveneto.it. Mientras que los particulares pueden abrir completando el siguiente formulario online. También pueden descargarlo.
Una tragedia anunciada
El geólogo asturiano Alberto Sánchez Miravalles publicó un informe en el portal de la empresa Barrabés, en donde analiza el gran derrumbe en la Marmolada y la situación actual de los glaciares en las montañas europeas. Y lo que puede ocurrir en el futuro.
Para Sánchez Miravalles, el de los Dolomitas italianos “no fue un fenómeno anecdótico”. En los mismos días, autoridades españolas alertaban sobre el tránsito por el glaciar en el monte Aneto, en el Pirineo aragonés, por su evidente mal estado.
Describe los glaciares como “masas de hielo perenne que fluyen y se deforman por acción de la gravedad”. Acumulan masa o retroceden según sea la ecuación entre la cantidad de nieve que reciben en invierno y la pérdida que se produce en verano.
Ambos factores transcurren un presente crítico. En los inviernos cada vez nieva menos, y en los veranos las temperaturas son cada vez más altas. La sensibilidad y fragilidad de los glaciares está expuesta.
En el caso de la Marmolada, en los Alpes, el científico denota cuando en los días previos al evento, en la cima de 3343 metros se verificaron temperaturas inusualmente altas. Guías y alpinistas notaron en esos días sonidos y crujidos en el hielo y un constante flujo de agua, más visible que en otras temporadas.
Señales de catástrofe
Sánchez menciona una serie de factores concurrentes que habrían desatado tamaño desastre: “El Norte de Italia ha sufrido una fuerte sequía durante 2022. Incluso en meses invernales, donde es más común recibir más precipitación. Esa falta de lluvia, y de nieve en cotas altas, ha causado que los glaciares tengan menos cantidad de nieve para afrontar los cálidos veranos”.
Esa menor cantidad de nieve claramente le restó protección al glaciar en la etapa estival, quedando el hielo fósil al descubierto. Esto provoca una fusión acelerada de las partes más bajas, expuestas y con menos grosor del glaciar.
El agua que resulta de esa fusión se filtra por las grietas y las expande, redundando entonces en una peligrosa inestabilidad.
Sánchez Miralles vislumbra para el futuro nuevos desprendimientos, a juzgar por las fotos que motivaron su análisis. Enormes grietas longitudinales por encima del lugar del desprendimiento, así lo permiten predecir.
Celebra el geólogo la instalación de equipos de monitoreo en la zona que detecten el más mínimo movimiento glaciario. También reclama la medida de prohibir el ascenso por la vía normal al macizo, para evitar nuevas y seguras tragedias.
(Foto de portada: ©cnsas)