Hacia la cima de la montaña más alta del mundo se encaminan unas 400 expediciones de todo el mundo, en mayor cantidad incluso que en 2019, cuando se produjo un atasco antes de la cima. Media docena de contagios de Covid-19 encendió las alarmas.
La bandera del reino de Bahrein y de decenas de otros países del mundo podría ondear en los próximos días en la cima del Everest, que reabrió su temporada esta primavera tras las restricciones por Covid-19 y con record de permisos: 394 al cierre de esta edición.
Se trata del mayor número de expediciones autorizadas en la historia. Más aún que la temporada 2019, la de la famosa foto del atasco poco antes de la cima.
Aún en pandemia, la presente es entonces la temporada más concurrida. Y eso pese a que China no habilitó permisos este año.
Pero no todas son rosas: una media docena de contagios de Covid-19 en el campamento base encendió las luces de alerta. A ese primer evacuado a fines de abril siguieron otros cinco deportistas. Lo que de inmediato generó el interrogante acerca de si la temporada podrá desarrollarse de acuerdo a lo previsto.
La respuesta a esa pregunta sólo se podrá conocer en las próximas semanas. Pero sí está claro que un eventual brote en el lugar impactaría de lleno en las aspiraciones e intereses -en ocasiones disímiles- de escaladores, sherpas y empresas.
El asunto tiene dos dificultades adicionales: en el campamento base a 5.380 msnm, un contagio puede enmascararse en síntomas comúnmente atribuibles al Mal Agudo de Montaña. Y hasta el momento no hay posibilidad de testeos masivos.
Del desierto a la cima del mundo
Como tantas otras montañas objeto de expediciones comerciales, la más alta del mundo tuvo un 2020 marcado por la inactividad total. Y este 2021 presenta cierto retorno a la normalidad.
Entre las casi 400 expediciones que sueñan con alcanzar la cumbre, una de las que hizo “punta” fue la liderada por el príncipe Shaikh Nasser Bin Hamad Al Khalifa.
En octubre pasado, con todas las montañas cerradas, Nepal accedió a abrirle la posibilidad de ascender al Manaslú (8.163 msnm), como paso previo a Everest.
USD 1.5 millones costó el permiso excepcional. La agencia contratada es la que dirige Mingma Sherpa y son nada menos que 53 los guías de montaña que intentarán llevar a “su alteza” a la cima.
Logrado el año pasado el Manaslú, el muchacho y su séquito de 13 personas inició 2021 con un único objetivo, llegar a lo más alta del planeta. Este 26 de marzo lograron el primer permiso oficial de la temporada. Por estos días comparten campamento base con expediciones de las geografías más dispares. Incluyendo a un amigo de CUMBRES, Sebastián Álvaro, y dos cordadas argentinas.
Para la industria y sus socios menores, como lo son los pueblos de la zona, otra temporada sin expediciones comerciales hubiera sido fatal. Pero la reapertura es paso a paso y con un ojo puesto en el impacto del Covid-19. Una pandemia que tiene fecha de inicio, pero no de final.