Manaslu, octava montaña más alta del planeta, fue el objetivo logrado en septiembre pasado por Ernesto Olivares y Rodrigo Yaitul, dos montañistas chilenos de elite. Ambos lo hicieron sin oxígeno suplementario ni ayuda de sherpas. Se afianza el gran momento del andinismo de Chile.
Los montañistas chilenos Ernesto Olivares y Rodrigo Yaitul, hicieron cumbre en Manaslu (8.163 m) octavo monte más alto del mundo, en el Himalaya de Nepal. Fue el 25 de septiembre pasado y en condiciones de autonomía, ya que no hicieron uso de oxígeno embotellado ni asistencia de porteadores locales.
Ambos integran el team de Chile que lidera Carlos Espinosa, quien por cuestiones de salud no pudo hacer frente a la cima. Pero desde los campamentos inferiores brindó asistencia y guía a sus compañeros para lograr el gran objetivo.
Cumbres dialogó con el joven Rodrigo Yaitul, ya de regreso en su país.
CUMBRES: ¿Cómo te integraste al mundo de la montaña y cuáles son tus principales experiencias antes de Manaslu?
Rodrigo Yaitul: Comencé a los 11 años en Valdivia, en un grupo de scout donde salíamos constantemente de campamento en esos años. Ya en Santiago me integré en algunos clubes de montaña, aprovechando de adquirir la experiencia necesaria para empezar a subir montañas en Chile. Entre otros el volcán Ojos del Salado, San José, El Plomo. En Bolivia trabajando como guía en Huayna Potosí, Parinacota, Sajama y Pequeño Alpamayo. Y el Aconcagua en Argentina.
C: ¿Cómo te integras al grupo de la expedición chilena a Manaslu?
R Y: Me integro 6 meses antes de partir a la expedición. Ya conocía el proyecto de antemano. Aunque inicialmente era Cho Oyu(8.201 m), por inconvenientes de permisos se modificó a Manaslu por la ruta normal. Para mí, cualquier ochomil era interesante desde el punto de vista de crecer como montañero.
C.: ¿Qué puedes decirnos sobre Ernesto y Carlos, tus compañeros de cordada?
R. Y.: Ernesto es un montañero de mucha trayectoria del cual pude aprender bastante en esta ruta. Carlos, a pesar de que tuvo que abandonar tempranamente por salud, se preocupó bastante de que todo estuviera a la perfección durante nuestro ascenso.
C: ¿En qué se basó la decisión de intentar Manaslu sin oxígeno suplementario ni ayuda de sherpas?
R Y: Por mi parte, siempre he tratado de realizar mis objetivos deportivos de la mejor manera. Y el prescindir de estas variables, era un punto importante para darle un salto a mi carrera de montaña. Para comenzar a subir montañas en Himalaya y poder seguir en este proceso.
C.: ¿Debieron usar cuerdas fijas o contratar algún tipo de servicio como campamento, comidas, etc?
R. Y.: En muy pocos tramos utilizamos cuerdas fijas, y solo por seguridad. Contratamos los servicios de Shangri-la Nepal Trek para armar nuestro campamento base con toda la logística, comidas, cocinero y ayudantes. Desde el base a los campos de altura fue gestionado por nuestra parte.
C: ¿Cómo se fueron dando los pasos de la expedición? Llegada, aproximación, días en el CB, planificación del ascenso, día de cumbre, descenso, etc.
R Y: Llegamos a Kathmandu el 23 de agosto. Durante los primeros días estuvimos organizando el equipo, comidas de altura, carpas, etc. El 28 partimos en helicóptero (nos ahorró 5 días de trekking) al valle de Gorkha, para llegar al pueblo de Samagaun.
Dos días aclimatando a 3.500 msnm, luego un día en Sando a 3.800. Ya en el campo base, tuvimos la suerte que al segundo día se realizó la puya y podíamos comenzar a trabajar en el porteo de equipo a los campos de altura. Aproximadamente estuvimos 3 semanas y media en el CB, incluyendo los campos de altura y las noches que dormimos en estos.
La semana de cumbre comenzó el 22 de septiembre saliendo del CB, y llegando ese mismo día al C2. El 23 salimos temprano al C3 donde se tomó la decisión de subir solo con la carpa y sin las bolsas de dormir para el C4.
Ya en este último campamento, dormimos unas pocas horas, y comenzamos la ruta a la medianoche del 25 para llegar a la cumbre a las 23:45 (hora de Chile).
El descenso fue directamente al C3, para el 26 estar en el base felices de haber logrado la cumbre y donde nos esperaban Carlos y el equipo. El regreso a Kathmandu fue el 29 de septiembre, despues de esperar en Samagaun la mejora del clima, que durante todo el período de escalada estuvo en pésimas condiciones. Lluvia y nieve era la rutina de cada día.
C.: ¿Cuál fue el momento más crítico tuyo o del equipo durante el ascenso?
R. Y.: Uno de los momentos más complejos fue cuando bajamos de la cumbre. Anteriormente, desde el C3 (6.800 m) habíamos decidido subir sin las bolsas de dormir al C4 (7.450 m) para pasar la noche antes de partir a la cumbre. Al retornar de la cumbre, y llegar a dormir al campo 3, mi bolsa de dormir había sido extraída, por lo que pasé la noche sin bolsa y pasando bastante frío. Mis pies nunca entraron en temperatura.
C: Manaslu es tu primer 8 mil. ¿Vendrán otros a continuación? ¿Es tu idea tal vez completar algún día los 14?
R Y: Es mi primer ochomil y no será el último. Lamentablemente esta expedición fue costeada al 100% por créditos y otros. Incluso estamos realizando una rifa para ayudar a prorratear los gastos. Claramente una vez en la cumbre aparece en la mente esa necesidad de volver y continuar subiendo más ochomiles. En el mismo estilo siempre.
C.: Ernesto Olivares ha ascendido varios 8 miles. Carlos Espinosa tiene gran experiencia también. Conoces la carrera de Juan Pablo Mohr. Y otros chilenos de renombre como Sebastián Rojas, Fito Torrens, Hernán Leal, muy activos. ¿Qué piensas del gran presente que vive actualmente Chile en el montañismo y en desafíos de elite como el de ustedes?
R. Y.: En Chile Ernesto actualmente es quien mas ochomiles tiene en su haber, aunque no todos sin O2 suplementario ni sherpas, ya que él trabaja como guía en Himalaya. Carlos tiene experiencia organizando expediciones dentro de Chile. Respecto a Juan Pablo, espero alcanzarlo pronto si consigo los recursos (risas). Tiene una enorme capacidad física, es admirable.
Estos últimos tiempos han aparecido muchos exponentes en Himalayas. Algunos en forma deportiva y otros más comerciales (distintos estilos, pero todos valorables). Chile aún tiene mucho por crecer. Lamentablemente hay muy buenos exponentes que no pueden dar el salto por el alto costo económico que significa ir a subir un ochomil. Espero que en el corto plazo más personas se motiven y luchen por conseguir sus sueños. Y no sea solo para un grupo selecto que pueda vivir experiencias deportivas y dejar el nombre del país en lo más alto del montañismo.