La expedición invernal al K2 del equipo de Polonia se pospone para 2020, según anunció el director del programa polaco de himalayismo Piotr Tomala.
La invernal al K2 (8.611 m, Pakistán) del fuerte equipo polaco que se preparaba para este 2019 tendrá que esperar un año más, según lo anunció el jefe del “Programa Artur Hajzer de Himalayismo de Invierno de Polonia” Piotr Tomala.
La razón esgrimida es “la falta de un equipo que ofrezca una posibilidad real de un ataque” a la cumbre. Esto se debe a que varios integrantes de la iniciativa se encuentran en proceso de recuperación de distintas lesiones que los afectan.
“Desafortunadamente, varios miembros potenciales de la expedición no pueden abordar K2 este año debido a las lesiones que necesitan curarse. Esto significa que actualmente no tenemos suficientes escaladores experimentados, cuyo viaje a Pakistán realmente nos permita pensar en un ataque de alto nivel”, admite Tomala en un comunicado publicado en el sitio oficial del programa Polski Himalaizm Zimowy.
“No queremos ir por a K2 solo para marcar presencia allí. La responsabilidad de la empresa y la seguridad de los participantes hicieron que no hubiera otra salida” agrega.
Invernal al K2 en proceso
El plan polaco de momento se centrará en la selección y entrenamiento de potenciales componentes del intento en 2020, lo que aumentará las posibilidades de alcanzar la cima invernal a K2.
2019 y 2020 estarán entonces dedicados a viajes de unificación y capacitación. Esto permitirá elevar calificaciones de escaladores jóvenes y talentosos que aún no tienen experiencia en montañas tan altas.
Durante el campamento de marzo en los montes Tatras, se vislumbró más de una docena de jóvenes promesas del alpinismo. Esperan que antes del invierno 2020 logren la experiencia necesaria como para afrontar una cumbre tan exigente como K2.
Una invernal al K2 es el último gran objetivo del alpinismo mundial aún no conseguido. El último invierno un grupo polaco y otro vasco hicieron sendos intentos, ambos infructuosos.
El K2 es el segundo monte más elevado del planeta. Es el único de los 14 ocho miles que aún no ha sido hollado en la estación fría. Y para los polacos, expertos en este tipo de expediciones extremas, se ha convertido casi en una obsesión.