El monte Vinson, en el macizo del mismo nombre, es la cumbre más alta del continente antártico. Por ello, una de las apetecibles Seven Summits que miles de montañistas buscan coronar. Nos adentramos en sus secretos en la palabra del guía argentino Tomás Ceppi.

El Vinson con sus 4.892 metros es el monte de mayor altura del continente antártico. Integra por ello el lote de las 7 montañas más altas de cada continente, las Seven Summits. Este circuito comercial de singular éxito entre montañistas de todo el mundo, está conformado por Everest (Asia, 8.848 m), Aconcagua (6.962 m, América), Denali (Norteamérica 6.190 m), Elbrus (Europa, 5.642 m), Kilimanjaro (África, 5.891 m), Pirámide Carstenz o Jaya (Oceanía, 4.884 m), y el mencionado Vinson.
Pertenece a la cordillera Sentinel, y forma la mitad norte de los montes Ellsworth en el llamado continente blanco. El cordón montañoso tiene una extensión de 185 km y 48 km de ancho.
Una expedición para ir en busca de la cumbre de Vinson es, además de compleja en su logística, meteorología y concreción, exorbitantemente cara. Fundamentalmente porque requiere de dos extensos y muy costosos traslados en avión, único medio de transporte posible.
El guía argentino Tomás Ceppi continuamente lidera grupos de montañistas que quieren ascender Vinson. De paso por Mendoza para guiar en Aconcagua, Tomás dedicó unos minutos para compartir con Cumbres su última experiencia de 2019 en el monte Vinson. En esta oportunidad encabezó una expedición conformada por tres escaladores de Canadá, Qatar y Suecia. En Antártida trabaja asociado con la empresa norteamericana Mountain Professionals, de Ryan Waters.

CUMBRES: ¿Cuál es la mayor complejidad en un intento al monte Vinson en Antártida?
Tomás Ceppi: Lo más complicado en sí es la logística antártica. Hay una sola empresa, ALE, Antarctic Logistics & Expedition, americana, que tiene convenio con el Gobierno Chile. Tiene hangar y le dieron facilidades para que opere vuelos antárticos desde Punta Arenas. Anteriormente Ushuaia era la principal puerta de ingreso porque está más cerca. Pero el gobierno argentino cerró las puertas hace varios años.
C: ¿Cuál es el primer paso en tan remota expedición?
T. C.: Nos juntamos en Punta Arenas. Ahí coincidimos guías, clientes y la empresa de logística 3 o 4 días previos por el protocolo antártico. El vuelo hay que aprovecharlo, si bien hay una programación, por ejemplo este año lo tenía el 7 de diciembre y terminamos viajando el 6. Hay que estar un par de días antes porque si hay una buena ventana te sacan, porque por ahí no pueden volar por una o dos semanas.
Luego está lo de siempre, chequeo de equipos, compras, organización. Hay que presentarse ante la empresa logística aérea con el equipo para el pesaje, hay un pequeño briefing entre ambas empresas, de montaña y de logística, sobre seguridad, limpieza antártica, el protocolo de cuidado es estricto y está muy bien.

C: ¿El vuelo se produce en dos etapas?
T C: El primer vuelo, el más largo, es de Punta Arenas a Antártida, a un Campo Base que se llama Union Glacier. Es para turismo tradicional, mucha gente va y vuela hasta el continente y hace turismo de pingüino emperador, sobrevuelo y regreso al Polo Sur, vuelo de avistaje para fotos. Y está la parte de expediciones, al Polo Sur, al Vinson y de esquí de travesía. Hasta UG en el vuelo desde PA vamos todos, turistas, clientes, guías, todos mezclados. Luego ya te separás.
Otro vuelo más corto, de 40 minutos, te lleva al base de Vinson en aviones Twin Oters, igual que en Denali, para 8 a 10 personas. Aterriza en el glaciar a 2.100 m en el CB, donde a partir de ahí es toda tu logística.
C.: Y siempre todo sujeto a las condiciones para volar…
T. C.: Claro. En caso de demora de alguno de esos dos vuelos, te quedás ahí y la compañía te presta el servicio de comidas, de estadía. Es un hotel 5 estrellas, tenés living comedor para 1.000 personas, una carpa tubular calefaccionada, estás en remera tomando cerveza y afuera -20º. Tenés ducha, baño, bicicletas, de todo. Es la unión de distintas expediciones y está bueno porque conocés a un montón de gente. Cuando te vas de ahí te querés morir (risas).
C: Bueno, tantas comodidades en un lugar tan remoto explican los costos
T C: La logística es engorrosa y cara, es un cerro caro por este tema. Hay una sola empresa, un monopolio, sí o sí pasás por ellos. Luego en la montaña nos encargamos nosotros. Pero trabajas a la par con la otra empresa. Ellos mismos hacen el control como de guardaparques, con guías propios van continuamente arriba y abajo en el cerro controlando la basura, las condiciones, etc. Se trabaja en conjunto en todo sentido.
C.: ¿Cuál es la característica tan distintiva de Vinson?
T. C.: Vinson es distinto 100%, muy distinto. Es todo blanco. Por ahí se asemeja al Denali, es como un pequeño Denali en cuanto a la dificultad del cerro. A nivel dimensión es mucho más grande todo. Para donde mires es blanco, kilómetros y kilómetros. Al polo Sur son 2.000 kms del plateau antártico que parecen nubes, pero es hielo.
C: Contanos sobre la progresión desde el campo base
T C: La montaña no tiene muchos campamentos. Desde el CB el primer paso es al C1 o Low Camp, que son 500 metros de desnivel pero bastante distancia. Llano pero largo, serán 10 o 12 kms. Ese día nos movemos siempre con la mayor cantidad de carga y con trineos, porque es llano, está bueno. No se usan raquetas como en Denali. Es que Antártida es el continente más seco del mundo, precipita muy poco y la nieve está súper firme. Ni siquiera usas crampones, bien pisadita vas con botas triples y nada más. Y vamos encordados continuamente, a diferencia de otras montañas.
La idea es mover el campamento. Como nunca sabes cuánto tenés que esperar, por lo menos nosotros llevamos un domo chiquito para armar un buen campamento sobre el hielo, donde armas cocina comedor dentro del hielo. Estamos cómodos.
C.: ¿Y cómo es el segundo tramo hacia el campamento superior?
T. C.: El próximo escalón es ir al C2 o High Camp. Es corto pero tiene mucho más desnivel, y está mucho más parado. Tenés la pared donde hay cuerdas fijas que deben ser 800 metros de desnivel. Esa pared debe tener 50º mantenidos de la base casi de C1 hasta el hombro del 2 que vas todo con cuerda fija. Vas encordado y muchas veces, al menos es mi estilo, para facilitar, al cliente le saco el jumar y voy yo solamente anexado a la cuerda y ellos solamente van autoasegurados. Si no se hace muy engorroso y cada vez que llegan a un relevo o a un anclaje tengan que cambiar el mosquetón o cambiar el jumar. Y si está muy frío o con viento se pone súper complicado y hay que moverse seguros.
Desde hace un año con la empresa con la que trabajamos tenemos equipo arriba, 4 o 5 carpas, un pequeño domo. Así que llegamos y tenemos todo, solo movemos la comida y el equipo necesario, la ropa. Así evitas cargar unos cuantos kilos en la parte más dura y expuesta.

C: Y viene entonces el día de cumbre. ¿Cómo son entonces los efectos de la altura en aquella latitud?
T C: Luego es el tirón de cumbre. Depende de la gente, la altura, si bien en los polos se siente más por la capa de ozono y la presión más baja, la verdad que no se siente tanto. Es como algún cerro de Vallecitos. Pero además tenés varios días, aclimatás bien. En mi experiencia de 5 viajes nunca ningún cliente tuvo problema con la altura. Todos hicieron cumbre siempre, salvo un grupo grande de 32 clientes una vez, 6 guías, que fue medio épico porque fue el grupo más grande al Vinson. En mi cordada hicimos cumbre 29 de los 32. El problema fue el frío y no otra cosa. Porque cuando hace frío se siente, un montón.
C.: ¿La gestión del tirón de cumbre en función de la meteorología es como en cualquier 5 mil?
T. C.: Esperás tu ventana como en todos lados. Hoy el pronóstico es bastante certero y te ayuda un montón, podés armar bastante bien el itinerario. Este año con el tiempo estuvo perfecto. Las expediciones que entraron detrás de mí tuvieron que esperar 6 días extras en C2 por el viento.
La gran diferencia es que si hay un poco de viento la pensás 5 veces si vas a la cumbre o no. Por ahí en Aconcagua con 60 km de viento si tenés clientes fuertes te tirás. Allá con 30 km la sensación térmica te baja y te mata… Te mata. Este año en todas las expediciones hubo clientes con congelaciones o principio de hipotermia. A 2 tuvieron que sacarlos. Se siente mucho el frío. En eso tenés que ser bastante certero como moverte. Prefiero si sé que va a estar feo arriba me quedo abajo, espero abajo. Y después el tirón a cumbre lo trato de hacer lo más rápido posible. El año pasado me tocó una noche con 80 km de viento… no duerme nadie, te congelás.

C: ¿El día de cumbre tiene una dificultad técnica especial?
T C: El tirón a la cumbre es bastante llano la primera parte, como un valle que se va metiendo hasta la pared. La rodeás y tenés un filo cumbrero muy lindo, nada loco aunque largo, y llegás a la cumbre. Después bajas a High Camp, dormís y al otro día vas directamente al base para que te saque el vuelo. Este año el timing fue perfecto. Salimos de Punta Arenas un día antes, llegamos y volamos al CB, al tercer día ya estaba yendo a C1 y en 6 días hicimos cumbre. Tuvimos que esperar para salir de Union Glacier, ni siquiera del base a donde llegamos y a la media hora volamos.
C: ¿Cómo definirías el perfil del cliente de Vinson? ¿Es un montañista de Seven Summits?
T C: El perfil del cliente la gran mayoría es Seven Summits. Sí o sí es paso obligado, para muchos es el último por un tema económico. Depende del perfil del cliente. Hay un cliente 7S tiene el tiempo y la plata, que puede elegir cómo hacerlo dependiendo de su tiempo y ganas. Y hay una gran mayoría que le cuesta un Perú. Es un objetivo, un logro, un sueño y junta peso sobre peso. Los más costosos son Everest y Vinson. Si los comparás, Vinson en cuanto a tiempo es más costoso. Tiene el fijo de la logística que es lo más caro, no baja de entre 42 y 45 mil dólares. Es un montón, que por ahí lo hacés en 10 días, con viento en contra en 15.