Juan Pablo Mohr el 3 de octubre hizo cumbre en la séptima montaña más alta del mundo, el Dhaulagiri, en Nepal. Es el quinto 8 mil que logra, en estilo alpino, sin auxilio de oxígeno embotellado ni porteadores de altura.
“¡Más cerca de mi viejiiito!!!!” fue lo primero que escribió Juan Pablo Mohr en su cuenta de Instagram apenas ganado el campo IV del monte Dhaulagiri, de vuelta de su cumbre de 8.167 metros. Fue su sentida dedicatoria para su papá, recientemente fallecido.
“Luego de 17 horas de luchar contra la nieve, vientos y avanzar 100 metros cada hora, logramos alcanzar la cumbre”. Sin dudas fue tremendo esfuerzo hecho por el gran deportista chileno que no para de sorprender.
Con Dhaulagiri ya son 5 las cumbres de más de 8.000 metros que logra, “¡sin la ayuda del oxígeno y vamos por más!” se entusiasma luego Juan Pablo Mohr.
Su anhelo de convertirse en el primer chileno en lograr los 14 gigantes, siempre en estilo alpino, avanza y se hace cada vez más posible.
“Después de una larga bajada ya llegamos al campo base muy contentos. Muchas gracias a todos los que creen en mí y a @globalsat que me entrega lo necesario para estar conectado con mi familia” agregó este domingo Juan Pablo Mohr en un mensaje de audio compartido con familiares y amigos.
El accidente de Moeses Fiamoncini
En tanto, el brasileño Moeses Fiamoncini sufrió en Dhaulagiri una seria caída a 8.120 metros. Esto no solamente le impidió hacer cumbre, sino que le provocó principio de congelamiento. Lo que obligó a su urgente traslado a Katmandu para su recuperación, que por fortuna avanza.
Fiamoncini iba también por su cuarto 8 mil.
Así relató su accidente en una carta que publicó el sitio brasileño extremos.com.br:
“Durante el cruce de una pared de roca cubierta de nieve de 30 cm que escalaba a 8.120 m, sufrí una caída de 20 m. Mis botas, guantes y traje de plumas se llenaron de nieve. Se me rompió el casco y casi muero de hipotermia. Un accidente que casi me quitó la vida a 8.100 metros sin sherpa y sin oxígeno suplementario. Incluso intenté levantarme y dirigirme a la cumbre. Pero desafortunadamente solo y en esa situación a -27° con ráfagas de viento que alcanzaron hasta 55 km/h, no pude hacer nada más que intentar bajar al C3 e intentar sobrevivir”.
Después del accidente, el descenso al campo 3 le demandó 9 horas bajar, y 3 días salir de la montaña. El 6 de octubre un helicóptero lo trasladó desde el campo base a Katmandú. Allí se recupera del nivel 1 de congelación en pies y manos.