Tres jóvenes e intrépidos médicos de montaña, Javier Seufferheld, Guillermo Arévalo y Gabriela Silicato, comparten su pasión y experiencia en el equipo de profesionales de Extreme Medicine, que brinda servicios médicos en el monte Aconcagua (6.962 m), el más alto de América, situado en la provincia de Mendoza, Argentina.
Su labor en este entorno impredecible y desafiante va más allá de la medicina convencional, combinando habilidades médicas con la pasión por la aventura y la montaña.
En las alturas del monte Aconcagua, donde la majestuosidad de la naturaleza se une con los desafíos médicos, los tres médicos forman parte del equipo de Extreme Medicine, llevando a cabo una labor que va más allá de los límites convencionales de la medicina.
Dra. Gabriela Silicato: La Dra. Silicato, con más de una década de experiencia en medicina de montaña, relata cómo su fascinación por las cumbres la llevó a unir la medicina con la montaña. “Yo arranqué en el parque mi primera temporada en el 2009-2010. Recién recibida, me recibí acá en la Universidad del Aconcagua, en Mendoza, y así con el título bajo el brazo me mandé sin saber mucho de qué se trataba, nada más yo lo único que tenía en la cabeza es que quería ir a hacer montaña. Como mendocina nosotros tenemos el placer y el honor de tener la montaña en el patio de casa, así que poder unir la medicina con la montaña era como wow”.
Dr. Guillermo Arévalo: El Dr. Arévalo, apasionado y temprano escalador, comparte su historia de cómo la montaña se entrelazó con su carrera médica. “Empecé a escalar cuando estudiaba medicina en Mendoza, eso me gustó un montón. En una de las salidas a la montaña a escalar, me lo crucé al Berna y lo conocí, sabía que era médico de montaña, que daba cursos, que trabajaba en Aconcagua. Un día le escribí, le pregunté si me podía llevar a trabajar a Aconcagua, una vez que me recibí de médico. Fue el mejor día de mi vida cuando a los 5 minutos me dijo que sí, que iba a subir”.
Dr. Javier Seufferheld: El Dr. Seufferheld, cuyo amor por la montaña se originó en su familia, comparte cómo decidió enfocarse en la medicina de montaña. “Tengo una historia familiar muy cercana al andinismo. Mis padres fueron andinistas, de chicos. Yo y mis hermanos desde muy temprana edad estuvimos en contacto con la montaña y con el amor a la montaña, sobre todo. Cuando yo estaba en cuarto año, estaba en una crisis porque no sabía para dónde disparar… una vez que conocí que existía una rama de la medicina, la medicina de montaña, me enfoqué hacia eso 100%”.
Desafíos en la altura
En una labor donde la medicina y la montaña convergen, estos médicos no solo enfrentan los desafíos médicos sino también la adversidad climática y la soledad. El Dr. Arévalo comparte sus pensamientos sobre la cumbre del Aconcagua: “La convivencia es muy dura ahí arriba. Más cuando hay mucho trabajo, muchas personas, inconvenientes. Se rescata muchísimo que al momento en que las papas queman, cuando hay inconvenientes muy grandes, se trabaja muy bien en equipo”.
La temporada 2022/2023 trajo un cambio significativo para estos profesionales. La empresa Extreme Medicine se hizo cargo de brindar servicios médicos en el área protegida de Mendoza. La Dra. Silicato destaca: “Balance totalmente positivo en lo personal. Esta última temporada fue hermosa desde lo humano, sobre todo lo humano. Ha sido muy positivo”.
La combinación de medicina y montaña no solo se traduce en atención médica, sino también en una profunda conexión con el entorno. “Para nosotros es importantísimo. El grupo humano de trabajo que hay al lado tuyo es muy bueno, te hace mucho el aguante”, enfatiza el Dr. Arévalo.
Esta labor de alta montaña va más allá de la temporada. La Dra. Silicato comparte sus sueños a futuro: “Ojalá que sea para toda la vida la pasión que siento ahora. Ojalá que no se agote nunca… sería fantástico”. Con un compromiso inquebrantable y un amor compartido por la medicina y la montaña, estos médicos continúan desafiando los límites y cuidando vidas en las alturas del Aconcagua.
Alta vocación
La medicina de montaña no es solo una profesión, es una vocación arraigada en la pasión por la montaña y el cuidado de las personas. El Dr. Seufferheld reflexiona sobre el impacto de su trabajo en su carrera médica: “Uno se expone mucho también en este trabajo, aunque por ahí no parezca porque la mayor parte del tiempo estamos en el campo base. Nos exponemos a las adversidades que hay en la montaña. Y verdaderamente se te pasa por la mente constantemente el hecho de que hay que volver”.
Estos médicos enfrentan desafíos tanto médicos como emocionales. La soledad, la fatiga y el equilibrio entre el deber profesional y la vida personal se entrelazan en esta labor única. El Dr. Arévalo comparte su perspectiva personal: “Para los que somos padres y dejamos nuestra familia abajo, se pone cuesta arriba. Más que nada en los últimos días, cuando ya estás más cansado”.
El compromiso de Extreme Medicine con la sustentabilidad y el cuidado del entorno es un aspecto que destaca la Dra. Silicato. “Algo que me enorgullece. Eso para mí es un 10”, subraya. La integración de la medicina de montaña con la responsabilidad ambiental crea un enfoque más holístico y consciente en la prestación de servicios médicos en un área natural protegida.
A medida que avanzan las temporadas, estos médicos sienten que su labor está en constante evolución y mejora. El Dr. Seufferheld evalúa positivamente la dirección en la que se encuentra la medicina de montaña. “Yo creo que vamos en ascenso, hemos recuperado mucho entusiasmo en lo que estamos haciendo y eso nos da alegría”.
Con una pasión inquebrantable y una dedicación incansable, estos médicos de montaña encarnan la verdadera esencia de la medicina en un entorno desafiante.
Su compromiso con la excelencia médica y el amor por la montaña los impulsa a superar obstáculos y salvar vidas en uno de los lugares más extremos del planeta.
En las alturas del Aconcagua, donde la medicina y la montaña convergen, estos médicos encuentran su propósito y dejan una marca indeleble en la historia de la medicina de montaña.