El pequeño Jerimot Caballero ( 14) cumplió un sueño difícil de igualar. Hizo cumbre en Aconcagua guiado por los himalayistas Víctor Rimac y Nirmal Purja.

Jerimot, un chico peruano de solo 14 años, hizo realidad su propio sueño de montañero: subió a la cumbre de Aconcagua (6.962 m), la más alta de América, guiado por los experimentados himalayistas Víctor Rimac y Nirmal Purja.
La iniciativa se pudo concretar gracias a una gestión enmarcada en el programa Vientos de Cambio, que encabeza Víctor Rimac, que busca dejar un legado de las experiencias y vivencias en montañas de todo el mundo para la evolución y desarrollo de nuevas generaciones.
Esta temporada, Nims y Víctor coincidieron en Aconcagua con una expedición comercial de la empresa del nepalí, Elite Himalayan Adventures. Ante esta posibilidad, decidieron sumar al pequeño andinista para llegar a lo más alto del continente.
Jerimot en la cumbre de Aconcagua
El grupo ingresó al Parque el martes 7 de enero pasado. De allí alcanzaron paulatinamente los campos de aproximación y base. Así, la acometida a la cima fue este jueves 16 de enero, de madrugada y desde el campamento de Nido de Cóndores (5.500 m).
Al grupo lo integraban Jerimot, Dickens Rondán (quien lo acompaña en todo momento), Nims, Víctor, los sherpas del team de EHA y 16 clientes de diferentes partes del mundo. Los servicios en campamentos fueron brindados por la empresa local Lanko.
La experiencia para el chico ha sido toda una aventura, mucho antes de la cumbre. Desde conocer Lima, donde nunca había estado, o subirse a un avión, hasta compartir cordada con grandes alpinistas, todo es novedad y felicidad para Jerimot.

Según contó Víctor Rimac a Cumbres, el niño no sufrió ningún inconveniente. Y afrontó la subida en forma constante y fluida. Es que es un chico nacido y criado a más de 4.000 metros, al pie del Alpamayo.
“Recuerdo por muchos años”
Si bien Nims y Víctor trataron de apoyarlo en todo momento, también le transmitieron que la montaña se sube por sus propios medios. Eso lo asimiló de inmediato, demostrando ser un chico muy fuerte y capaz.
En la cima de la montaña, Jerimot vivió una gran felicidad, al igual que todo el grupo. “Para nosotros también fue una gran aventura, de aprender a compartir una experiencia con un niño. Esto nos enriquece tanto como a él. Al contrario de quererle enseñar algo, él nos enseñó cada día con su alegría y espontaneidad. Quedará en nuestro recuerdo por muchos años” señaló Rimac.

Para el proyecto Vientos de Cambio, la iniciativa refleja el objetivo de Víctor: seguir devolviendo lo que la montaña le entregó a él. “Jeri va a continuar con esto y así muchas personas podrán conocer el maravilloso mundo de la montaña. E inspirará a muchos jóvenes que están en el entorno que cuando un proyecto se quiere, se logra. Hay que trabajar por ello, pero lo importante es disfrutar y ser feliz en la montaña” concluyó el himalayista peruano.
