Para el primer K2 invernal en Polonia sueñan con un dream team que incluya al kazajo Denis Urubko. Podrían aclimatar en Aconcagua u Ojos del Salado.
El próximo invierno los polacos intentarán de nuevo la primera ascensión al K2 invernal (8.611 m) luego de que este año dos expediciones, una española y una rusa, no lograran el considerado último gran objetivo del montañismo mundial.
Así lo anunció al diario polaco Przeglad Sportowy el miembro del Comité de Alpinismo de la Federación Polaca de Montañismo, el célebre Leszek Cichy, protagonista junto con su compatriota Krzysztof Wielicki del primer ascenso invernal al Everest, en 1980.
En interesantes declaraciones, luego reproducidas también por la revista española Desnivel, Cichy formuló dos importantes anuncios.
Por un lado, que existe la posibilidad de invitar al equipo al gran alpinista de Kazajistán Denis Urubko, luego de su polémica participación en el team polaco el año pasado.
Y por el otro, que el plan consiste en dividirse en dos grupos: Uno que preparará al menos dos o tres campamentos desde el primer día de invierno. Y otro, con los integrantes más fuerte, que aclimataría en Sudamérica para arribar al K2 en la segunda mitad de enero y afrontar un veloz ataque a la cumbre. Las alternativas que manejan son Aconcagua y Ojos del Salado, con la segura presencia de Urubko en estas latitudes si finalmente se suma a la expedición.
Urubko sí, Urubko no
“El problema puede ser completar el equipo. Algunos dicen que no irán con Denis Urubko, y otros que no pueden imaginar un viaje sin él” reconoció el eximio alpinista. Cabe recordar que el año pasado el kazajo se unió a los polacos liderados por Krzysztof Wielicki en el K2, y sin autorización realizó un vano intento en solitario. Llegó a los 7.600 metros y debió abandonar. Esta actitud le valió la antipatía no solo de sus compañeros de equipo sino también de la mayoría de la opinión pública.
“No descarto que sea posible. Por supuesto, sería necesario acordar cuidadosamente las condiciones para que quede claro quién está a cargo de la expedición. Estamos pensando en internacionalizar este viaje, que creo que sería un hermoso gesto de los escaladores polacos. Después de todo, tenemos 10 de estos 14 y nadie nos alcanzará de todos modos. Si invito a los mejores escaladores del mundo, creo que sería más fuerte en la prensa, no solo en la especializada, sino en todo el mundo” reconoció, pragmático, Leszlek Cichy.
Orgullo polaco
Si el team de Polonia que liderará Piotr Tomala logra el tan ansiado objetivo en 2020, esto se producirá exactamente 40 años después del primer ascenso invernal al pico más alto del mundo, el Everest. “Sería una increíble magia de números si logramos ingresar al segundo, pero con mucho el más difícil de la Tierra”.
Hasta el momento, ningún ser humano ha podido llegar más cerca de un kilómetro por debajo de la cima del K2 en invierno. Inclusive ninguna de las expediciones anteriores siquiera ha intentado atacar la cumbre. “Todavía no sabemos cómo es. ¿Es hielo desnudo, duro, nieve mala, nieve desnuda? Depende de eso, las tácticas tienen que adaptarse a eso” evaluó Cichy con sabiduría.
Remarcó además que es necesario comenzar la expedición mucho antes, y no cometer el error de hace un año. Este año, el equipo ruso también fue, a su juicio, un mes más tarde de lo deseable. “Llegaríamos al base el 18 de diciembre para poder descansar tres días y comenzar la acción por encima del base el primer día de invierno”.
K2 invernal, como a la Luna
Finalmente, y tras sentenciar que el K2 en invierno es la última gran meta del alpinismo mundial –“es un poco como un viaje a la Luna, y las posibilidades son aún menores”– señaló que el desafío es un problema fisiológico, técnico y meteorológico: “En los últimos 600 metros simplemente no podemos predecir el clima, la fuerza del viento, la precipitación. Los rusos pasaron dos noches a 7,400 metros y realmente no vieron a dónde querían ir más arriba. No es una cresta lisa que conduce a la cima. Es un área borrosa cruzada con grietas que deben evitarse. Por lo tanto, debe haber visibilidad. Esto también conlleva un alto riesgo de retorno, donde debe estar el camino bien marcado. Y eso no es tan fácil con vientos fuertes. Se sabe que hay que bajar, pero no siempre es en línea recta”.
13 invernales sobre 14
Everest (8848 m): Krzysztof Wielicki, Leszek Cichy (Polonia), 1980
Manaslu (8163 m): Maciej Berbeka, Ryszard Gajewski (Polonia), 1984
Dhaulagiri (8167 m): Andrzej Czok, Jerzy Kukuczka (Polonia), 1985
Cho Oyu (8188 m): Maciej Berbeka, Maciej Pawlikowski (Polonia), 1985
Kangchenjunga (8586 m): Krzysztof Wielicki, Jerzy Kukuczka, 1986
Annapurna (8091 m): Jerzy Kukuczka, Artur Hajzer (Polonia), 1987
Lhotse (8516 m): Krzysztof Wielicki, 1988
Shishapangma (8027 m): Piotr Morawski (Polonia), Simone Moro (Italia), 2005
Makalu (8485 m): Simone Moro (Italia), Denis Urubko (Kazakistan), 2009
Gasherbrum II (8035 m): Simone Moro, Denis Urubko, Cory Richards (USA), 2011
Gasherbrum I (8080 m): Adam Bielecki, Janusz Gołąb (Polonia), 2012
Broad Peak (8051 m): Adam Bielecki, Maciej Berbeka, Tomasz Kowalski, Artur Małek (Polonia), 2013
Nanga Parbat (8126 m): Simone Moro, Muhammad Ali Sadpara (Pakistan), Alex Txikon (España), 2016
K2 (8.611 m): Único sin cumbre invernal