Un equipo del club Vibraventura llegó a pocos metros de la cumbre del remoto y complejo Sosneado, el cincomil más austral del mundo. Hubo conformidad en los montañistas, por haber llevado a lo más alto posible un mensaje de concientización sobre donación de órganos.

Un equipo del club Vibraventura culminó muy cerca de la cumbre su expedición invernal al cerro Sosneado, de 5.194 msnm, ubicado en San Rafael, Mendoza, una montaña con características especiales por su altura, ubicación y conformación.
El Sosneado es el más austral de los “cincomiles” de la cordillera de los Andes. En su historia cuenta con muy pocos ascensos y sobre todo en invierno, debido a las bajas temperaturas y a la contextura de su terreno.
Con su cumbre a 80 km de la población más cercana, es un cerro aislado en plena cordillera. Difícil, agresivo y muy expuesto, se trata de un verdadero desafío para los montañistas.
Al pie de su ladera Sur se encuentran las históricas termas del Sosneado, que tuvieran vida durante las décadas de 1930 y 1940 con un entonces concurrido hotel, hoy en ruinas.

La versión más aceptada de su nombre Sosneado se vincula con el término indígena que significa “sol naciente”. Allá donde los primeros rayos solares de la mañana reflejaban su cumbre, la más elevada de la zona.
Solidaridad de altura
El equipo de Vibraventura en esta ocasión estuvo conformado por Hernán Moreno, Brian Magno, Luciano Palacios y Cristian Chiodini. La elección del objetivo invernal, de alta exigencia, se tomó con la idea de amplificar el mensaje solidario que signa todos los desafíos del team: la donación de órganos, médula, tejidos, sangre y plasma.
El objetivo central es reflejar, a través de actividades en la naturaleza, la concientización sobre la temática. “Queremos llegar desde las montañas más altas y desde diferentes actividades deportivas a tocar la sensibilidad de las personas. Y visibilizar que donar es dar oportunidad y es dar vida” señaló Laura Lopardo, a cargo de la logística de las expediciones y la difusión.

El Sosneado es impetuoso y marca sus límites. Sus rutas de ascenso arriesgado se conjugan con paisajes mágicos y encantadores que, a la vez, invitan a subir.
Los montañistas afrontaron largas horas de caminatas bajo temperaturas extremas, por senderos poco visibles, nevados, con mucha pendiente. Y con la dificultad extra de una inmensidad de rocas furiosas que se desprendían y rodaban peligrosamente.

Fueron cinco días de montaña dura, pero sin perder el objetivo. Llegaron a pocos metros de la cumbre, hasta donde el Sosneado lo permitió. Felices de vivir la experiencia y desplegar las banderas de CUCAIBA (Centro Único Coordinador de Ablación e Implante Provincia de Buenos Aires), del Instituto de Hemoterapia de la provincia de Buenos Aires y del INCUCAI (Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante).
“Sumamos nuestro esfuerzo desde la montaña, en esta oportunidad para que se despliegue mayor conciencia y empatía” enfatiza finalmente Laura, conforme con el resultado de la iniciativa deportiva y solidaria.