En Aconcagua, Germán Braillard Pocard y Luciano Merino llegaron hasta el Filo del Guanaco, pero el frío extremo y los vientos impresionantes tornaron imposible el avance. Anoche bajaron a campo Cólera y hoy lo harán a Nido de Cóndores. Impresionante esfuerzo de dos montañistas responsables y profesionales.

No pudo ser. El intento de Aconcagua invernal que emprendieron el 13 de julio los argentinos Germán Braillard Procard y Luciano Merino tuvo este jueves 25 su final muy cerca de la cumbre de 6.962 metros, debido a las tremendamente adversas condiciones meteorológicas.
En una decisión a todas luces sabia e inteligente, los dos montañistas correntinos dieron la vuelta cuando se encontraban ya pisando la canaleta que conduce a la cima. Habían salido de campo Cólera (5.970 m) a las 4 am, y durante toda la mañana debieron afrontar un frío extremo y vientos al límite de los soportable.
En comunicación radial con miembros de la Patrulla de Rescate de la Policía Provincial, y ya de vuelta en Cólera, relataron lo dificultoso de la iniciativa.
Arribados al sector del Filo del Guanaco, la tormenta realmente se tornó imposible de enfrentar. Decidieron descansar unos minutos y esperar a ver si bajaba en algún momento su intensidad.

Canaleta helada
Pasaron los minutos y la situación más bien empeoró.
En la canaleta debieron improvisar una escalada en hielo. Esta eventualidad agregó dificultad técnica a la ya de por sí compleja situación.
Habiendo evaluado las condiciones y el horario, Germán y Luciano decidieron poner fin al intento de cumbre. Y comenzaron a descender hacia el campamento de altura.
Cerca de la medianoche, cuando lograron comunicarse ya en la carpa, ambos transmitieron que se encontraban en buenas condiciones. Extremadamente cansados por el titánico esfuerzo, pero sin dolencias.
Se aprestaban a descansar para por la mañana temprano continuar hasta Nido de Cóndores (5.500 m). Una vez allí definirán el plan de descenso hacia Plaza de Mulas. Y emprender ya la salida del Parque.
Aconcagua respetable
La decisión de poner fin al extremo desafío de Aconcagua invernal, a metros de la cumbre, lejos de ser un fracaso constituye una destacable actitud. Profesional, responsable y valiente. Que no todos los andinistas extremos toman frente a talas condiciones.
Lo más importante de todo sin dudas es que Germán Braillard Pocard y Luciano Merino están bien. Hicieron todo lo posible para cumplir su objetivo, y se encuentran en buenas condiciones para intentarlo nuevamente.