Es de Japón y sufrió heridas por una caída, en la Canaleta, a pasos de la cumbre. Allí quedó solo y a la intemperie hasta la madrugada, cuando un Guía lo socorrió.

Un montañista de nacionalidad japonesa que pasó la noche a la intemperie a metros de la cima de Aconcagua (6.962 m) fue rescatado por un guía y personal de la Patrulla de Rescate de la Policía de Mendoza y evacuado en helicóptero hacia la base del Parque.
El hombre integraba una expedición con algunos de sus connacionales, con servicios de la empresa Geotrek. En el sector de la base de la Canaleta (6.650 m), que conduce a la cima más alta de América, habría sufrido una caída que le provocó politraumatismos de cierta severidad y cortes en el cuero cabelludo.
En tales condiciones aparentemente fue imposible que continuara la marcha junto al grupo que descendía. Así, sus compañeros lo dejaron en ese sitio mínimamente acondicionado con una manta térmica.

Aviso y rescate
A la tarde, arribados a plaza Cólera (5.970 m), le comunicaron la situación al guía de montaña Nicolás Agüero que se encontraba allí. Éste inmediatamente comunicó la novedad a la Patrulla de Rescate y sin más emprendió el ascenso en solitario, casi de noche, para dar con el accidentado.
Paralelamente dos efectivos de la Patrulla desde Nido de Cóndores (5.550 m) salieron en auxilio, ya con noche cerrada en Aconcagua. Cuando los efectivos arribaron a la Cueva, a la 1:30, ya Agüero había dado con el japonés y brindado los primeros auxilios y contención en espera de más ayuda.
De tal modo en minutos comenzaron a descenderlo para arribar lo antes posible a Nido de Cóndores. Llegaron a las 9 de la mañana, y el helicóptero que presta servicios en el Parque lo evacuó directamente hasta Horcones. En ese sitio lo esperaba la ambulancia del Servicio Coordinado de Emergencias para trasladarlo al hospital de Uspallata.

Coordinación
El aventurero nipón, que milagrosamente conservó su vida en extremas condiciones a casi 7.000 metros de altura, presentaba contusiones y politraumatismos, sobre todo en el tren superior, cortes en el cuero cabelludo, deshidratación y congelamientos.
Una vez más el trabajo en equipo, coordinado y a conciencia de todos los actores del Parque Aconcagua lograron salvar la vida de un montañista sometido a extremas condiciones de riesgo, y prácticamente abandonado por sus compañeros de expedición. Patrulla de Rescate, Servicio Médico, Guardaparques, helicóptero, Servicio Coordinado, todos hicieron un trabajo encomiable.
Pero un párrafo especial merece el guía Nicolás Agüero. En plena noche, a 6.000 metros de altura, temperatura extremadamente baja y en solitario, Niko dejó la “comodidad” de su carpa y arriesgó su vida para acudir en rescate de una persona caída en desgracia. Personas como él, y como la inmensa mayoría de sus colegas, son ejemplos de sacrificio y entrega desinteresada. El verdadero espíritu de la montaña.